Hablar del Bentley Continental es hacerlo de uno de los deportivos más lujosos del mundo, aunque hay quien no calificaría precisamente de deportivo –y entre ellos me incluyo– a un coche con casi cinco metros de largo y más de 2,2 toneladas de peso.
Pero el concepto de deportividad en Bentley va más allá de ofrecer vehículos con un motor potente y un buen nivel de prestaciones. Y hay que reconocer que cuando conduces un Bentley, te acaba sorprendiendo cómo puede desenvolverse con esa agilidad un coche tan grande. Pero aun así, creo que al Continental le encaja mucho mejor el término “Gran Turismo”.
Ahora, la gama Bentley Continental recibe una nueva versión, el V8 S, que se ofrece tanto en la variante coupé como en el descapotable. Y, cómo no, se presentan en el Salón del Automóvil de Frankfurt.
El motor V8 de 4 litros de inyección directa con doble turbocompresor recibe modificaciones para subir la potencia hasta los 528 CV, con un par máximo de 680 Nm a sólo 1.700 rpm. El cambio es el ZF de 8 velocidades, y Bentley no sólo presume de prestaciones, también de eficiencia, gracias a un sistema de desconexión selectiva de cilindros. Anuncia un consumo medio homologado de 10,9 l/100 km para el Bentley Continental GT V8 S Coupé. Me creo antes las prestaciones: 4,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y nada menos que 308 km/h de velocidad máxima.
Para las versiones GT V8 S del Continental, en Bentley también han revisado las suspensiones respecto al resto de los V8, con el objetivo de ofrecer un comportamiento más deportivo. Amortiguación más firme (hasta un 45% en el eje delantero y un 33% en el trasero), altura de la carrocería rebajada 10 mm, casquillos y anclajes de suspensión más rígidos, estabilizadoras más gruesas, recalibrado de la dirección y del sistema de control de la amortiguación pilotada.
Como todos los Bentley Continental, la tracción es a las cuatro ruedas, con un diferencial central Torsen, y un reparto de la fuerza del motor en una proporción 40/60 entre los ejes delantero/trasero.