Bibendum, el muñeco Michelin: historia y curiosidades del mejor embajador de la marca

Érase una vez un muñeco al que llamaban muñeco Michelin. Bibendum es el icono más reconocible del mundo del motor

No importa en qué punto del planeta te encuentres, probablemente hayas visto el muñeco Michelin en salpicaderos de coches, techos de camiones, rotondas en las carreteras, restaurantes o, si has tenido suerte, llegará a tu mente esos días de verano en la playa cuando de repente aparecía el muñeco Michelin cargado de juegos para animar a los más peques. ¿Cómo el muñeco Michelin se convirtió en el fenómeno internacional que nos resulta tan familiar, y que incluso es pieza de colección? 

En Auto10 te contamos la historia completa del muñeco Michelin, sus curiosidades y cómo ha evolucionado durante más de un siglo.

Nacido de una pila de neumáticos

La historia comienza a finales del siglo XIX, cuando los hermanos Édouard y André Michelin exhibían sus neumáticos en una feria de Lyon. Allí, Édouard observó que la pila de neumáticos expuesta parecía una figura humana si se le añadían brazos y piernas.

Años más tarde, esta idea se transformó gracias a una ilustración de un anuncio de una cervecera alemana, cuyo personaje brindaba con una copa. Michelin reinterpretó la escena: Bibendum se presentaba diciendo la frase latina “Nunc est bibendum” (“Ahora es el momento de beber”), pero en vez de cerveza, "se bebía los obstáculos de la carretera". Así nació el nombre del personaje.

Más que un logotipo

Por aquel entonces los neumáticos eran blancos y este fue el color que naturalmente adoptó el personaje y que se ha mantenido hasta nuestros días. Además, en aquella época el principal mercado de neumáticos no era el de coches, sino de bicicletas, por lo que el muñeco se creó como un montaje de anillos finos, diferente al que conocemos hoy.

Se convirtió inmediatamente en el embajador de la marca Michelin. En campañas de publicidad de principios del siglo XX, personas disfrazadas de muñeco Michelin iban entregando pequeños muñecos Bibendum entre el público. Podéis imaginar con qué rapidez se hicieron populares.

Este simpático muñeco, que inspiraba confianza y enfatizaba el confort proporcionado por los neumáticos Michelin, fue un gran éxito. Además, como embajador de la marca no ha sido un logotipo fijo, sino que ha tenido la capacidad de evolucionar con las décadas.

Durante el siglo XX fue cambiando para adaptarse a cada época:

• Abandonó el monóculo y el puro.
• Adoptó un aspecto más atlético conforme los neumáticos fueron ensanchándose.
• Cambió sus botas pesadas por zapatos de conductor.
• Rejuveneció para conectar con nuevas generaciones.

 

Lo único que nunca cambió fue su inconfundible color blanco.

De idea espontánea a tradición mundial

A partir de los años 40 y 50, algunos clientes comenzaron a colocar su muñeco Michelin en los techos de sus vehículos, especialmente en camiones. Con la llegada del revolucionario neumático radial, que catapultó a Michelin en la industria del transporte pesado, la figura del muñeco pasó a representar seguridad, estabilidad y confianza en carretera.

La marca decidió entonces fabricar muñecos más resistentes para uso exterior. Así, lo que había empezado como un gesto espontáneo de unos fans se convirtió en un símbolo habitual entre transportistas de todo el mundo.

Bibendum, mejor logotipo del mundo

El éxito de Bibendum no ha disminuido en más de un siglo. En el año 2000, poco después de cumplir 100 años, el Financial Times lo reconoció como el mejor logotipo de la historia.
Además, estudios internacionales demostraron que el 90 % de la población mundial reconoce instantáneamente al muñeco Michelin, lo que lo convierte en uno de los iconos publicitarios más influyentes jamás creados.