Nissan presenta en el Salón de Tokio su prototipo Nissan IDx Freeflow, acompañado de la variante deportiva de altas prestaciones preparada por NISMO. Dos coches que, como bien dicen en la marca japonesa, parecen recién salidos de uno de esos juegos de simulación de conducción.
No es de extrañar. Su público objetivo serían los jóvenes de la generación digital, nacidos después de los 90, y que no conciben el tiempo de ocio sin una consola XBox o una PlayStation.
¿Con qué se queda Nissan de esta generación? Pues con su implicación por construirse o fabricarse el coche que estos jóvenes quieren, al menos con las posibilidades que ofrecen los juegos "virtualmente". Así nacen los concept-car IDx, en el que la "ID" viene de "identificación", y la "x", según Nissan, sería la variable que representa esos valores personales de cada usuario.
¿Resultado? Pues el IDx Freeflow sería ese coche compacto y deportivo pero básico y sencillo en su configuración y en su aspecto, tanto exterior como interiormente –fíjate en el tapizado de los asientos, con tela vaquera desgastada–, con unas dimensiones de 4,1 metros de longitud, 1,7 metros de anchura y 1,3 metros de altura y una simpática carrocería de 3 volúmenes en la que resaltan el techo flotante, los cortos voladizos y las llantas cromadas de 18 pulgadas.
Y como en estos coches prima el ahorro de combustible, Nissan propone motores de gasolina de última generación con cilindradas entre 1.2 y 1.5 litros, siempre con transmisión variable continua CVT.
El IDx NISMO ya es otra cosa. Sólo hay que ver su decoración, con el morro inclinado inverso, escapes lateraes, spoiler delantero y alerón trasero, o las llantas de 19 pulgadas. Bajo el capó, Nissan propone un motor 1.6 Turbo de inyección directa de alto rendimiento (la potencia la pones tú), también con cambio CVT. Freeflow o NISMO, ¿Con cuál te identificas?
Video Nissan IDx Freeflow y NISMO