Cualquiera de los Subaru Impreza WRX que he probado, de cualquier generación, está siempre en mi lista de “favoritos” entre los coches que elegiría para pasar un fin de semana aislado del mundo conduciendo en mi carretera de montaña favorita. Y aunque acaba de presentarse en el Salón de Detroit y tardaremos en echarle el guante, creo que el nuevo Subaru WRX STI va a pasar a ocupar el primer puesto de esa lista.
Respecto al nuevo Subaru WRX, dejando a un lado las modificaciones estéticas, entre las que destaca el alerón trasero, las tomas de aire o los pasos de rueda ensanchados, esta versión preparada por los especialistas de Subaru Tecnica International (STI) incluye unas cuantas novedades pensadas para la conducción más exigente.
El motor 2.5 bóxer turboalimentado no gana muchos caballos, pero tampoco le hacía falta: ahora son 305 CV y casi 400 Nm de par máximo, que se transmiten a las ruedas en formato 245/40-18 a través del sistema de tracción total de Subaru con diferencial central autoblocante de deslizamiento limitado, al que se añade un sistema de control dinámico VDC con función “torque vectoring” que es capaz de frenar la rueda interior para un mejor reparto de par y mayor velocidad de paso por curva.
Muelles y amortiguadores específicos, frenos Brembo con pinzas delanteras de cuatro pistones, dirección hidráulica más rápida –apenas 2,5 vueltas de volante–, nuevo subchasis, estabilizadoras y bujes más rígidos… Subaru afirma que el balanceo de la carrocería se ha reducido más de un 15 por ciento. En cuanto a las prestaciones, por el momento tan sólo se anuncia el dato de velocidad máxima, 264 km/h, pendiente de homologación.
De momento, el Subaru WRX STI se presenta en una serie especial limitada a 1.000 unidades, con los “colores de guerra” de la marca japonesa, el característico azul metálico con las llantas BBS en color dorado. No queda mal, pero no seré yo quien le ponga peros al color, me da igual mientras me dejen conducirlo cuanto antes.