Ahora que se relanza la firma Bristol con el nuevo Bullet Speedster, surge la pregunta del millón: ¿qué es y qué fue Bristol Cars? División independiente del conocido fabricante de aviones, tuvo su momento de gloria en los años 50 y 60.

Nunca tuvo el renombre internacional de Jaguar ni Aston Martin, pero Bristol compitió con ellas en el mercado británico desde el final de la Guerra Mundial hasta los años 90. Calidad y altas prestaciones fueron sus premisas.
Bristol Cars nació como una división independiente del gigante británico de la aviación del mismo nombre. El botín de guerra obtenido tras la aniquilación de la Alemania nazi en 1945 dio a los británicos un impulso tecnológico muy importante en el sector automovilístico, muy mermado y anticuado durante la contienda.

El Tipo 400 heredaba piezas de tres modelos BMW
Bristol adquirió de Frazer-Nash la licencia de fabricación de modelos BMW de antes de la guerra, rediseñando en apenas un año su primer modelo: el Bristol 400, que era un compendio de los BMW 326, 327 y 328 con mejoras. El motor, por ejemplo, seguía siendo el 6 en línea de 1.971 cc, pero proporcionaba 80 CV de potencia y alcanzaba 140 Km/h.
El 400 era un coupé de batalla larga y suspensiones independientes, al que siguió en 1948 el Tipo 401, con carrocería aerodinámica en aluminio fabricada con licencia "Superleggera" de Touring. Incluso se ofrecía en versión descapotable bajo el nombre 402 (sólo se fabricaron 23 unidades). De ellos derivó el Tipo 403 en 1953, con motor potenciado a 100 CV y capaz de superar los 160 Km/h.

Una nueva Era en los años 50
Pero Bristol ya había superado su primera época -la de BMW- diseñando un producto original para la nueva década. Cuando se lanzó el Tipo 404 en 1953 todos quedaron boquiabiertos: era un deportivo coupé 2+2 con 125 CV y una carrocería -debida a Dudley Hobbs y Jim Lane- inspirada en los aviones a reacción. La propia Bristol lo apodó el "Businessman Express".
A pesar de su línea italianizante, no podía disimular su carácter británico. Su estructura era una extraña mezcla de madera, chapa y aluminioy tenía detalles interesantes como la rueda de repuesto situada tras una aleta delantera, que se mantendría en modelos posteriores como símbolo de la marca.
A la gama se añadió en 1955 una versión (405) con cuatro puertas y batalla alargada que no afeaba para nada el grácil diseño original. Incluso se volvió a ofertar una variante descapotable (405D).

Calidad y deportividad, símbolos de Bristol
Los competidores apretaban y una nueva generación de Bristol estuvo lista antes de terminar la década de los 50. En 1958 se lanzó el 406 sustituyendo a la gama anterior, con estructura íntegramente metálica y con motor (aún el 6 cilindros BMW) con 2,2 litros y mayor potencia. Fue la época dorada de la marca, donde calidad de terminación y prestaciones deportivas iban de la mano, aunque su precio no era competitivo.
Con la década de los 60, Bristol destapó un nuevo producto, fruto de las buenas relaciones con EEUU: un motor V8 americano. Chrysler proporcionaría su V8 con 5.130 cc para los nuevos modelos británicos, que empezaron con el Tipo 407, que exteriormente era muy similar al 406 pero ahora contaba con una nueva mecánica de 250 CV mansos y cambio automático. Todo un "shock" para el cliente de la marca, acostumbrado a "tirar de vueltas" en el motor BMW.

Un nuevo público más aburguesado
A partir de ese momento, los nuevos modelos Bristol se dirigieron a un público aún más burgués, que buscaba un coche elegante, exclusivo y potente para viajar: el mismo concepto del "Businessman Express" adaptado a los años 60 y a su rivalidad con Jaguar.
En 1963 el nuevo 408 cambió el estilo de su carrocería a una línea más convencional, sobre todo en la calandra delantera. Los subsiguientes 409 y 410 (1966 y 1967) continuaron en esa línea de mayor confort y discreción.
La nueva década de los 70 exigía de nuevo un esfuerzo a la pequeña marca británica. Para empezar, un motor más musculoso. De nuevo Chrysler proporcionó su V8 de 6,3 litros y 335 CV de potencia al nuevo Tipo 411 de 1969, capaz de rivalizar en prestaciones con el imponente Mercedes 300 SEL.

Líneas poco agraciadas y precio exorbitante
Durante toda la década el modelo fue evolucionando en diversas series, a las que se añadieron los 411 y 412. Especialmente significativo fue este último, con carrocería Zagato y curioso techo desmontable tipo Targa, similar al Lancia Beta Montecarlo Spider.
Las líneas de Bristol de los 70 se hicieron más rectilíneas y angulosas, lo que fue incrementándose en la nueva década.
Con ella llegaron además otros cambios significativos: la sobrealimentación y el cambio de números a nombres en la nomenclatura, empleando los de modelos famosos de la historia de Bristol Aircraft.

Nombres en lugar de números
En 1980 nació el Bristol Beufighter, con motor de 6 litros sobrealimentado y 400 CV de potencia, que estuvo en producción hasta 1993. Para entonces, la marca contaba ya con su propio túnel del viento. Y el veterano y carísimo Tipo 603 -aún en producción- fue finalmente sustituido por el nuevo Britannia-Brigand (que se diferenciaban por el motor, sobrealimentado en el último).
La compañía -con mínimas ventas- estaba empezando a ser inviable. Aún así, se lanzó el nuevo Blendheim en 1993 con maletero agrandado, sin mayor éxito. El propietario de la marca Tony Crook vendió parte de la empresa a Toby Silverton y, pronto discreparon.

El último cartucho: el Bristol Fighter
El nuevo accionista quería reflotar la marca con un súper-deportivo: el Bristol Fighter. Similar hasta en sus puertas "alas de gaviota" al Mercedes AMG y con el motor V10 del Chrysler Viper bajo el capó delantero, el Fighter de 2007 no sólo era agraciado, sino también rápido.
Pero fue el "canto del cisne" de la marca, que fue absorbida por Frazer-Nash en 2011. Ahora en nuevo Bullet Speedster intentará volver a poner el nombre de Bristol entre las grandes marcas británicas.