Audi fue pionera en 1976 en el diseño y fabricación de un inusual motor de 5 cilindros para su segunda generación del modelo 100, que aún hoy -en 2016- propulsa a alguno de sus más deportivos modelos, como el TT RS o el Q3.

Lo normal era usar un número de cilindros par -dos, cuatro, seis...- pero Audi rompió la norma en su gama con el diseño de un motor "cinco en línea". Fue en 1976 para la segunda generación del Audi 100, creando una línea de propulsores que ha superado las cuatro décadas y que además ha cosechado importantes éxitos deportivos durante su historia.
Los ingenieros de Audi estuvieron debatiendo largo y tendido sobre la arquitectura del motor de gama superior que debía introducirse a mediados de los años 70. Barajaron usar un seis cilindros en línea (como BMW) pero resultaba demasiado largo para usarlo, especialmente en posición transversal.

Cinco cilindros en vez de seis
Por eso se decidieron a desarrollar uno con sólo cinco, una arquitectura inusual y teóricamente poco equilibrada. Partieron del cuatro cilindros EA 287 del Grupo Volkswagen, ya empleado en los Audi 80 y 100 de principios de los 70. La versión de cinco cilindros cubicaba 2,1 litros y, con inyección, proporcionaba 136 CV. Fue montado por vez primera en el Audi 100 5E de 1977.
No contentos con ello, evolucionaron una versión diésel al año siguiente. Era un motor atmosférico con capacidad reducida a 2 litros y apenas 70 CV. Pero la tecnología de la sobrealimentación estaba en su apogeo y, en 1979, Audi ya ofrecía el 5 cilindros de gasolina con turbo, lo que elevaba la potencia hasta los 170 CV en el nuevo Audi 200 5T.

La culminación con el Audi Quattro
El espaldarazo definitivo a la tecnología "5 cilindros" la obtuvo con su incorporación al nuevo Audi Quattro en 1980. Este coupé incorporaba todo lo que la marca podía ofrecer: turbo con intercooler y tracción a las cuatro ruedas. Los 200 CV de serie pronto se elevaron hasta 450 CV en las versiones "Grupo B" de Rallyes.
Tras la victoria en el Campeonato del Mundo de Rallyes de 1983 por Hannu Mikkola con el Audi Quattro, se desarrolló una versión "corta" (24 cm menos de distancia entre ejes) denominada Audi Sport Quattro. Con el motor de 5 cilindros renovado (bloque de aluminio, culatas de 4 válvulas por cilindro) y 306 CV, se convirtió en el modelo de calle más potente comercializado por la firma.

De los Rallyes a la conquista de América
En 1984 Stig Blomqvist ganó de nuevo el Campeonato del Mundo de Rallyes (esta vez los dos títulos: Pilotos y Marcas) con su Quattro A2 Gr.B de 360 CV. Y aunque Audi abandonó los rallyes en 1986, el Quattro S1 con una desorbitada potencia de 598 CV arrasó en la Subida al Pikes Peak de 1987 con Walter Röhrl al volante.
Audi quería mostrar su potencial en EEUU y continuó corriendo allí, pero en circuito. Con el 200 Quattro logró imponerse a los deportivos norteamericanos en el Campeonato TransAm y en el IMSA GTO de 1989.

Nueva versión de 5 cilindros turbodiesel
Cuando se lanzó el nuevo Audi 100 TDI en el Salón de Frankfurt de ese mismo año, llevaba bajo el capó el motor de 5 cilindros, pero en versión turbodiésel de 2,5 litros con inyección directa y gestión electrónica: 120 CV. En 1994 ya eran 315 CV en el nuevo RS2, el primer familiar-deportivo que creó escuela. Los 5 cilindros TDI siguieron equipando a modelos de alta gama, como los Audi A6 y S6 hasta 1997.

El renacimiento en 2009
Tras más de una década de olvido, el motor de 5 cilindros volvió a la vida en 2009 en el coupé y spider TT RS. Esta vez era una renovada versión de gasolina, turbo y con inyección directa, montada transversalmente bajo el capó. Con sus 2,5 litros y 340 CV de potencia era el propulsor ideal para la gama deportiva "RS" y así equipó también al RS3 Sportback y al RS Q3.
En el último TT RS de 2012 la potencia ascendió hasta los 400 CV y aún no es el final de esta historia. En 2015 una versión mejorada, con 367 CV, equipaba a la segunda generación del RS3 Sportback y, desde 2016, también al nuevo RS Q3.