Gracias al cine y a las películas de James Bond, el DB5 se ha convertido en un icono a nivel mundial. Sin embargo, Aston Martin logró en 1963 emular a Ferrari con un Gran Turismo a su altura: el DB5.
A comienzos de los años '60 el floreciente mercado de los Gran Turismo se disputaba en los grandes Salones del Automóvil y en los circuitos de carreras. Los italianos llevaban ventaja, sobre todo gracias a Ferrari. Pero los británicos le iban a la zaga, sobre todo con los modelos de Jaguar y Aston Martin. A ellos se sumó Ford con los Shelby-Cobra.
Fruto de aquella escalada tecnológica y de diseño nacieron algunos de los automóviles más bonitos de la historia. Los mismos que hoy alcanzan precios millonarios en las grandes subastas... cuando aparece alguno a la venta.

Heredero del DB2, pero con toque italiano
Aston Martin había entrado en el juego con el DB2 con motor Lagonda, al que había seguido el bello y equilibrado DB4 y el deportivo DB4 GT (¡que ahora la marca va a volver a fabricar en serie limitada!.
Pero su sucesor lo eclipsó totalmente, pese a su parecido. En 1963 se lanzó el DB5, con una carrocería redefinida en Italia por Touring. El refinamiento italiano se sumaba a la tecnología británica.

Carrozzería Touring aplicó -además- su sistema de construcción patentado "Superleggera", soldando finas planchas de aluminio batido a mano a un bastidor de finos tubos que servía de estructura. Además de unas proporciones muy equilibradas, añadió unos modernos faros carenados al frontal ya característico de Aston Martin (y que se ha conservado hasta nuestros días).

El mejor motor que Aston Martin podía ofrecer
Por su parte, los técnicos de David Brown acoplaron un nuevo motor de 6 cilindros en línea fundido íntegramente en aluminio. Biárbol, con 4 litros de cilindrada y triple carburación SU proporcionaba 282 CV de potencia, que pronto se elevaron a 315 en la versión "Vantage" de 1964, que ya contaba con tres Weber 45 y nuevos árboles de levas más cruzados.
A diferencia del DB4 GT, el DB5 era un "2+2" con una cierta habitabilidad trasera, aunque la preferencia era el confort de los ocupantes delanteros, con sus asientos de fino cuero, sus gruesas moquetas y su completo salpicadero lleno de relojes.
Todo lo que el lujo británico de la época podía ofrecer, pero con prestaciones deportivas de primer orden.

Carrocerías descapotable y "Shooting Brake"
La propia Touring diseñó una carrocería descapotable, aunque perdía gran parte de la personalidad que atribuía el redondeado techo. Apodado DB5 "Volante", sólo se fabricó hasta 1965 y tuvo una demanda muy limitada: sólo 123 unidades fabricadas (a las que se sumó una segunda serie muy corta en 1966 para complementar la nueva gama DB6).
La variante más especial del Aston Martin DB5 es el "Shooting Brake", una carrocería fabricada como regalo al patrón, David Brown, que era amante de la caza. Una extraña mezcla entre deportivo y ranchera que creó un nuevo concepto de automóvil que hoy se usa mucho.
Era tan exclusivo, que el transformador de coches de lujo británico, Harold Radford, modificó una docena de DB5 como "Shooting Brake" a demanda de sus ricos clientes.

¿Fama mundial gracias a James Bond?
La aparición en la película Goldfinger (1964) de la serie Bond lo convirtió en un mito a nivel mundial y en el Aston Martin más conocido de todos los tiempos. Pero sin 007, el DB5 seguiría siendo uno de los vehículos británicos más cotizados de todos los tiempos.
Sólo se fabricaron poco más de mil unidades en apenas tres años, de las que unas ciento cincuenta fueron descapotables. El DB6, más largo y menos proporcionado, nunca pudo rivalizar en fama con su predecesor.