El Concurso de Elegancia de Villa d'Este tiene gran tradición de mostrar lo más refinado y exquisito del mundo del automóvil clásico en un ambiente sofisticado y lujoso como sólo Italia puede ofrecer.

Situada a orillas del Lago Como, en Italia, Villa d'Este se convirtió hace ya muchos años en la Meca de los amantes del lujo y los automóviles (ésto conjugado en cualquier orden). Con la estructura de un Concurso de Elegancia para vehículos clásicos, sirve realmente para fines diversos y para variadas explotaciones comerciales, como presentar nuevos modelos de automóviles o nuevas joyas.
Los jardines del Gran Hotel Villa d'Este -que tampoco son tan extensos- se cubren de modelos que aún huelen a pintura fresca: piezas restauradas a un grado sumo de perfección, mucho mejor que de origen. Como si de una carrera de caballos se tratara, son sus adinerados propietarios de todo el mundo quienes compiten por demostrar que -su inversión- ha sido la mejor del año.

Sólo destacan los más exclusivos
Por eso, en Villa d'Este se presentan algunas de las rarezas más exclusivas del mundo de las cuatro ruedas, algunas tirando a absurdas, pero que tratan de aportar algo completamente original y novedoso.
Baste decir que -uno de los triunfadores de la reunión- fue el Lurani Nibbio: un pequeño caza-récords con motor Moto Guzzi V2 de 500 cc que alcanzó en su momento los 160 Km/h. Lo más destacable era que lo presentaba el joven nieto de su creador, Giovanni Lurani.

Cuanto más raro, mejor...
También destacaron otros vehículos de esa especialidad velocística, como el aerodinámico Abarth 1000 Bialbero "Record Monza", que pilotó el propio Carlo Abarth en 1960 para cimentar su fama internacional. O el Ballot 3/8 LC de 1920 que condujo Malcolm Campbell, aunque pintado con una pátina artificial que lo hacía parecer viejo no del gusto de todos...
Por supuesto, Villa d'Este rebosaba de Ferrari y Maserati y, cuanto más raros, mejor. Deslumbraba el Maserati 300 S que un día condujo Stirling Moss en 1957 (y realmente así era, debido al brillo de su pintura...) o los Ferrari Daytona Competizione y 250 GT SWB ganador del Tour de France en su época.

Versiones y colores únicos...
Tampoco faltaban modelos con -justificada- rareza original, como un Mercedes 300 SLR pintado en gris mate en los años '50 ; o un Ghia que fuera del actor Dean Martin, con una funda de revólver colocada tras el respaldo; o el Lamborghini Miura personal del hijo de Sir Arthur Conan-Doyle, un "playboy" que dilapidó la fortuna de su padre...

El "eslabón perdido"
El ganador absoluto del Concurso de Elegancia fue un nuevo coche procedente del garaje del millonario coleccionista Corrado Lopresto. Se trataba de un Alfa Romeo Giulietta SS... pero no de cualquiera: del prototipo de fábrica realizado por Franco Scaglione en 1957 y que, para los más expertos, es el "eslabón perdido" entre los "concept-cars" BAT de Bertone y los Alfa SS de producción. Para reforzar su presentación, Lopresto se trajo a la propia hija de Scaglione, Giovanna.
En cualquier caso, Villa d'Este es un regalo para los ojos de los aficionados, un disfrute para todos los presentes en ese ambiente de lujo y derroche.