
El Peugeot Exalt no será el único prototipo que la marca francesa presente en el Salón de París. Bajo la premisa de un crossover deportivo al estilo BMW X6 se revelará al público el prototipo Peugeot Quartz.
Lo primero que destaca del Peugeot Quartz es su enorme anchura que llega hasta los 2,06 metros, que viene reforzada por unos neumáticos con 305 mm de anchura y llantas de 23 pulgadas. Para el frontal, se han colocado unos faros LED y el león de la parrilla ha sido decorado con un motivo ajedrezado cuya visión varía según donde nos situemos. En el lateral, se han colocado unos estribos que son desplegables y de confección textil.

Dos alerones culminan la parte trasera para aumentar el apoyo aerodinámico y marcan la diferencia de los dos colores del Peugeot Quartz: el “Gris Mineral”, cuya inspiración es el cristal de roca y que va colocado en la parte delantera y el “Negro Mate” ubicado en las aletas traseras con unos pequeños detalles en rojo.
Interior con i-Cockpit
Para entrar en el interior deberemos abrir las puertas enfrentadas que se han podido colocar gracias a la supresión del montante central. Sin montante, se ha reforzado la plaforma que llevan los modelos actuales, EMP2, con material compuesto.

Una vez dentro, destacan elementos poco comunes en un coche como la piedra de basalto utilizada en la consola central o un tejido elaborado por un telar digital que utiliza hilo de poliéster y que consigue no desechar material y un grosor adecuado para no necesitar mullido dentro del asiento.
En lugares como el salpicadero, los montantes y el techo se ha utilizado el clásico cuero negro, mientras que los respaldos de los asientos son de cuero leonado. Todas estas pieles han sido reutilizadas de muebles o abrigos.

Completando las curiosidades del habitáculo, las puertas han sido fresadas con un material compuesto con tintado en rojo. El objetivo era conseguir un entramado con efecto cinético que parece cambiar continuamente de apariencia.
Los asientos son de tipo baquet para los cuatro ocupantes del Peugeot Quartz con arneses de cuatro puntos y se han colocado de forma flotante en la estructura. Para el conductor se ha preparado el i-Cockpit con volante compacto, instrumentación elevada compuesta por una pantalla la cual tiene en el centro una lámina de policarbonato inclinada 45 grados que muestra otro tipo de informaciones.

Un motor especial
Nada más y nada menos que 500 CV tiene el Peugeot Quartz para moverse. Esa cifra se consigue uniendo un motor térmico 1.6L THP 270 CV con caja de cambios automática de seis velocidades y 330 Nm con dos motores eléctricos de 85 kW para formar un sistema híbrido enchiufable.
El motor eléctrico delantero tiene la misión de cargar la batería de 400 V en las fases de desaceleración y ayuda al motor térmico en cada cambio de marcha. Por su parte, el que va situado en el eje trasero manda tracción a ese eje y también participa en la recarga de la batería. Junto a ellos trabaja un ESP que reparte la frenada a las cuatro ruedas y optimiza el nivel de carga de la batería.

Gracias a esta configuración mecánica, el Peugeot Quartz tiene tres modos de conducción. En modo completamente eléctrico (ZEV) puede llegar a circular durante 50 kilómetros cargando la batería con un enchufe. Después está el “Route” donde funcionan el motor térmico junto con el delantero eléctrico y por último quedaría el “Race” que hace funcionar todos los propulsores a la vez.
Las suspensiones, gracias a un sistema de gestión que lee la carretera con cámaras que están conectadas al sistema de navegación, puede llegar a variar la altura libre al suelo de 300 a 350 mm, según lo que se necesite.
