
El Subaru WRX Concept es, de todos los prototipos de salón que he visto en los últimos meses, el que más me gustaría que pasara a la serie cuanto antes. ¿Por algo en especial? Pues por varios motivos. Primero, porque me gusta la marca, ese “toque” personal de coches robustos, sólidos, hechos para durar… Segundo, porque también me gusta cómo han entendido siempre el concepto de la deportividad, con su peculiar configuración tecnológica de motor bóxer y tracción total asimétrica.
Tercero, porque este Subaru WRX Concept es sencillamente precioso, justo el sustituto que se merece el Impreza, que en su última generación no me acaba de encandilar.

Ojo, que aunque últimamente se dedique a los SUV, Subaru no ha perdido su identidad de coches deportivos, y ahí están el BRZ o el mismo Impreza WRX Sti de 300 CV, no lo olvidemos. Pero viéndolo en fotos o en vídeo, enseguida te imaginas cómo quedaría el WRX Concept con cuatro pequeños detalles, que son los que le harían falta para pasar a la serie.
Hablamos de un coche que con 4,52 metros de largo combina a la perfección –y no todos lo consiguen– esa imagen de berlina deportiva con cierto aire de coupé. Es agresivo, pero no “macarra”, y ese color azul “blue Pearl” enseguida te hace pensar en el “triple 5” pintado en amarillo que lucían los Impreza campeones del mundo de rallyes a mediados de los 90. Precisamente en amarillo, y fluorescente, para que destaquen más, van pintadas las pinzas de freno, que se dejan ver tras unas preciosas llantas de 20 pulgadas con neumáticos 245/40.

Pocos más datos hay, salvo que el motor es –cómo no– turboalimentado, y que el techo está realizado en fibra de carbono.