El mundo de la personalización del coche es inmenso por lo que deberás pensar bien las piezas a modificar para ajustarse bien a tu presupuesto.

Personalizar un coche hace que la persona que lo conduce sienta a su “criatura” como algo más suyo, más personal y que se aleja de lo común. Muchos han hecho de esto un arte y hace años surgió un movimiento muy fuerte denominado como “tunning”, que aunque hoy en día se mantiene, se ha perdido un poco debido a los problemas de homologaciones de ITV.
Esa quizás es la clave que deberás tener en cuenta antes de realizar ninguna modificación, comprobar si luego te permitirán pasar la ITV sin problemas. Además, si vas a comprar un coche nuevo, no olvides preguntar en tu concesionario porque las marcas cada vez han ampliado más su catálogo sobre accesorios con líneas especiales como el R-Line o Mopar.

Personalizar el exterior del coche
El primer elemento a elegir en un exterior es la pintura. Puedes elegir al comprar un coche entre tonos metalizados o bien aplicar un mate a posteriori. También están muy de moda los techos con tonos en contraste con el resto de la carrocería. Ahora bien, si nos vamos a centros especializados de pintura podremos elegir más piezas a colorear como los capós, las puertas o los parachoques. Y todo aderezado con algunos vinilos o pegatinas…

También suelen llamar la atención el conjunto neumático/llanta. En tu coche tendrás un catálogo con las medidas reglamentarias que podrás escoger para tu rueda. Si no te convenciera ninguna, podrás superar el diámetro en un ± 3%. Con las llantas pasa algo parecido, te deberás ajustar a lo que “entra” en tu rueda. Y quedaría por último el ajuste de las suspensiones. Algunos fabricantes ofrecen programas electrónicos controlados desde el interior para variar la dureza de los amortiguadores, pero también se pueden comprar específicas según tus gustos.
Y si ya quieres destacar del todo, siempre se pueden incorporar piezas aerodinámicas que imitan las utilizadas por los coches de competición. De nuevo están las que ofrecen las distintas marcas, con variedad de modelos y colores, y las diseñadas específicamente para un cliente concreto. Aquí hay que tener cuidado al modificar las proporciones del coches, porque no sería el primero que se deja el parachoques en un badén.

Por último podíamos destacar las lunas tintadas. En opción en muchos modelos nuevos, las negras suelen ser las más habituales. Dan un toque distinto al coche y sirven para que no se vea lo que guardamos en el interior del habitáculo. Si no te gustan oscuras, siempre puedes recurrir a otras de colores o incluso en dos tonos.
Personalizar el interior del coche
Una vez hemos decorado el exterior del coche, toca meterse en el interior. Quizás en este lugar es donde más podemos encontrar la personalización, porque quién no tiene algo colgado del espejo retrovisor.

Lo más habitual a la hora de cambiar cosas son las alfombrillas. Es un elemento que se suelen desgastar con facilidad o simplemente porque queremos que pegue con otros elementos como la palanca de cambios o el forrado del volante.
Ahora las marcas han dado mucha facilidad a la hora de “pintar” los salpicaderos, con tonos que se utilizan en las carcasas de los retrovisores o en algunos detalles de los asientos. En un taller especializado incluso podrías modificar toda la configuración del salpicadero.

También es muy habitual cambiar los equipos de música por otros con más funciones y que incluso pueden conectar hasta videoconsolas. Esto viene aparejado con la sustitución de los altavoces o la incorporación de más por todo el habitáculo.
La tapicería, como muchos de los elementos que ya hemos nombrado en este artículo, se puede elegir a la hora de adquirir el coche o también se pueden personalizar en centros especializados con tapicerías exclusivas, colores a juego o con inserciones de tus iniciales.