Los accidentes en carretera han dado como resultado el fallecimiento de 38 jóvenes entre 15-24 años, además de haber aumentado la accidentalidad a nivel proporcional.

La accidentalidad del pasado verano tiene preocupados a los expertos. Porque pese a la reducción del 9% de los viajes de largo recorrido en 2020 respecto a 2019 durante la época estival, el número de fallecidos solo ha descendido un 6%. Y esto es algo a tratar, ya que la siniestralidad en carretera ha matado más gente que el COVID-19: 290.000 personas desde que la DGT comenzó a llevar un registro.
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El grupo de edad más afectado también preocupa, ya que son los jóvenes entre 15 y 24 años. Un total de 38 jóvenes, quince más que en el mismo periodo de 2019, perdieron la vida en la carretera. Son más que los fallecidos por COVID-19 de esa edad.
Además, de las 202 víctimas mortales en carretera este verano, un total de 84 muertos fueron vulnerables: (49 en moto, 6 en ciclomotor, 20 peatones y 9 ciclistas). Esto se debe, según FESVIAL, a una movilidad atípica debido al COVID-19, con muchos desplazamientos cortos de gente joven en bicicleta o moto.

Tal y como asegura el doctor Luis Montoro, Catedrático de Seguridad Vial, “la situación de pandemia produce más estrés, mayor uso de psicotrópicos, más consumo de alcohol, más insomnio y más preocupaciones económicas”. Todos estos factores afectan a la conducción y son “la cara oculta” de muchos accidentes post-confinamiento.
Debido a todo esto, FESVIAL insiste en que los grupos parlamentarios, enfocados casi al 100% en la gestión de la pandemia por COVID-19, se centren en resolver el problema “social y de salud pública” de la seguridad vial.