Al anuncio de Mercedes se une ahora Volkswagen, que anticipa que sus motores TSI de gasolina empezarán a utilizar filtros de partículas a partir de 2017.
Tras el anuncio realizado por Mercedes hace un par de meses, ahora es Volkswagen la que lo hace oficial: a partir de 2017, los motores de gasolina de inyección directa del Grupo también comenzarán a utilizar filtros de partículas para reducir las emisiones de partículas de hollín (que son cancerígenas) en los gases de escape. Según Volkswagen, la reducción que se puede alcanzar con este sistema es de hasta un 90 por ciento.
Si en Mercedes empezarán por su buque insignia el Mercedes Clase S, en el Grupo Volkswagen el primero en utilizar estos nuevos filtros de partículas de gasolina, a los que se les denomina con las siglas GPF (en analogía a los DPF, los filtros de partículas que tantos problemas han dado en los diésel), será el motor 1.4 TSI que utiliza entre otros el nuevo Volkswagen Tiguan, o el moderno y eficiente 2.0 TFSI que Audi ofrece en el nuevo Audi A5 y en muchos otros modelos de su gama. Posteriormente el filtro GPF se irá introduciendo en el resto de motores de gasolina con inyección directa en todos los modelos de Audi, Volkswagen, Seat y Skoda.
Algunos ya ven en este anuncio un golpe de efecto por parte del Grupo para contribuir a lavar su imagen tras el caso Volkswagen, pero lo cierto es que se trata de una tendencia a la que se seguirán sumando otros fabricantes, así que los futuros compradores de coches con motores de gasolina tienen motivos para estar preocupados, pues se abren varios interrogantes.
Filtros de partículas para todos
Para empezar porque los coches con motores de gasolina de inyección directa, cada vez más utilizados, emiten muchas partículas debido a sus particulares condiciones de funcionamiento frente a los cada vez más en desuso motores de inyección indirecta (principalmente debido a las altas presiones en la cámara de combustión). ¿Cuántas? Pues del orden de varios cientos de veces más que los motores de inyección indirecta… y hasta 10 veces más partículas que un motor diésel actual.
Y como la normativa a partir de 2017 limitará estas emisiones, lo normal es que rápidamente a Volkswagen y a Mercedes empiecen a sumarse otros fabricantes aplicando la misma medida: montar dispositivos especiales en el escape. Las marcas ya llevan trabajando desde hace dos años en esta tecnología.
¿Qué pasará con el precio de los coches de gasolina?
Lo bueno para los usuarios es que los coches dotados con estos filtros contaminarán menos. Lo malo, que estos dispositivos tienen un coste, y puedes estar seguro de que no lo va a asumir el fabricante. La tecnología tiene un precio y si queremos coches menos contaminantes habrá que asumir que sean más caros de adquirir… y de mantener. ¿Cuánto costará un filtro de partículas? Dependerá mucho del modelo y del tipo de motor, pero calcula entre 100 y 200 euros más y no andarás descaminado.
En cuanto a la segunda cuestión, en el caso de los motores diésel no son pocos los problemas y quebraderos de cabeza que han dado –y siguen haciéndolo– los filtros de partículas a los usuarios de este tipo de coches. Aparte de que normalmente un filtro de partículas tiene una vida limitada y necesita sustitución (cambiarlo puede costar entre 800 y 1.200 euros por término medio), por no hablar de los que utilizan aditivos como el AdBlue…
Por las diferencias de funcionamiento entre un motor de gasolina y un diésel es de esperar que en el caso de los primeros los filtros de partículas sean menos costosos, necesiten menos mantenimiento y no causen tantos problemas. Pero de momento es sólo eso, la teoría. Veremos lo que sucede en la práctica.
