El icónico Mini vuelve a la vida ahora con un motor eléctrico para combinar tradición con tecnología apostando por la economía circular.

Los orígenes de Mini se remontan a finales de la década de los años 50, durante la crisis del petróleo. Este modelo se basó en la idea de conseguir ahorrar combustible, a la vez que ofrecía la opción de transportar a cuatro ocupantes en su interior con su correspondiente equipaje, eso sí, ocupando el mínimo espacio posible. Hoy, la marca sigue fiel a sus orígenes y busca combinar un uso creativo del espacio con la diversión al volante.
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El proyecto que se ha denominado “MINI Recharged”, busca dar una segunda oportunidad para que estos vehículos sigan contando la historia del Mini classic de una manera sostenible. La conversión de estos vehículos a propulsión eléctrica busca compaginar los valores tradicionales de la marca con la tecnología del eléctrica. Pero no es una idea de ahora, en el año 2018, en el Salón del Automóvil de Nueva York se construyó un Mini Electric y fue la planta de Oxford la que decidió desarrollar un plan que permitiese ofrecer este producto a los clientes.

Para llevarlo a cabo esta conversión y experimentarla sensación “go kart feeling” se sustituyó el tradicional motor de gasolina por uno eléctrico moderno. Todos estos cambios que se realizan son reversibles y se llevan a cabo con el máximo mimo y cuidado, ya que se trata de coches con historia. Los tradicionales motores de combustión se guardan, esto se hace, para que en caso de que se quiera devolver el Mini Clasicc a su estado original se pueda hacer sin mayor problema, aunque vistos los tiempos que corren volver a un motor de combustión no parece que vaya a ser posible.
Este proyecto da la posibilidad de alargar la vida del vehículo de una manera sostenible. Permite que el propietario pueda seguir utilizando el coche y que además lo haga de una forma en la que no contamine. El motor eléctrico que se instala en los Mini Classic tiene una potencia de 90 kW y tiene la capacidad de realizar el 0-100 km/h en unos 9 segundos. La autonomía no es uno de sus fuertes, ya que solo permite realizar unos 160 kilómetros, aunque para trayectos diarios al puesto de trabajo es una opción muy a tener en cuenta.

Gracias a estos cambios, los Mini classic podrán acceder a zonas de bajas emisiones sin ningún problema y permitirán que se les vuelva a ver como parte del paisaje del que ya formaron parte hace décadas. Una estrategia, la de la electrificación, que encaja a la perfección en la estrategia de fututo que tiene Mini y que ayuda a que se incentive la economía circular, ya que las conversiones se realizan en vehículos que ya fueron fabricados y les da la posibilidad de tener una segunda vida.
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