El coronavirus nos mantuvo lejos de la carretera, pero eso no ha impedido que hayan fallecido, de forma preliminar, 870 personas por accidente de tráfico.

Ya conocemos el balance de siniestralidad vial provisional de 2020. Presentado por Fernando Grande-Marlaska, ministro del interior, el informe señala que han fallecido 870 personas en carretera y 3.463 han obtenido heridas graves. Y todo ello con una reducción en un 25% de los desplazamientos.
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Lo lógico hubiese sido pensar que 2020 habría sido un año con muchas menos muertes. Pero proporcionalmente, ha habido más, ya que el pasado 2019 perdieron la vida 1.101 personas.

En cuanto a los heridos con necesidad de ir al hospital, se ha reducido la cifra en un 22%: de 4.433 personas a 3.463 hospitalizados.
Aunque quizá lo más chocante es que pese a la nula movilidad durante algunos meses, la mortalidad en carreteras secundarias ha crecido. En concreto, un 2% más que los dos últimos años. Eso sí, los fallecidos en autopista sí han descendido… y mucho. En concreto, un 34%, lo que da una cifra de 670 vidas perdidas.

¿Estas cifras a qué se deben? Con menos tráfico y desplazamientos, la accidentalidad se debería haber reducido de manera radical. Pero según la DGT, precisamente esas carreteras vacías incitaron a la excesiva confianza. De hecho, hubo más excesos de velocidad durante el estado de alarma que en épocas anteriores debido a ello.
Pese a la pandemia, ahora hay un 1% más de coches circulando en nuestro país, aunque el coronavirus ha tenido consecuencias: el censo de conductores se ha reducido un 0,7%.