
Voy a cambiar de coche, y lo quiero con sistema “start stop”, pues lo uso mucho en ciudad. Tampoco quiero renunciar a buenas prestaciones en carretera, porque viajo los fines de semana. Me gusta mucho el Mazda3, y me han hablado muy bien del 2.0i con sistema iStop. ¿Qué tal esta versión? ¿Diferencias con los nuevos sistemas “start stop” que llaman “microhíbridos”? ¿Merece la pena el Diesel? ¿Puntos a favor y en contra del Mazda 3?
Martín Santos ( Burgos )Entiendo que quieras un coche con “start-stop”, sobre todo si vas a hacer mucha ciudad. Está claro que te preocupa el consumo. Pero ojo, hay coches con “start-stop” que gastan más que otros que no lo tienen. Es el caso del Mazda 3, que es el coche en el que has centrado tus miradas, el 2.0 DISI iStop de gasolina sale perdiendo si lo comparamos con el 2.2 Diesel de idéntica potencia. El consumo medio del 2.0 DISI con “start-stop” es de 6,8 l/100 km, mientras que el del 2.2 turbodiesel, que no tiene start.-stop, es de 5,4 l/100 km. En el ciclo homologado en ciudad, el gasolina gasta 9,3 l/100 km, por los 6,9 del Diesel.
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Con esto quiero decir que, siempre que sea posible, a igualdad de motor es mejor optar por un coche con “start-stop”. Pero si tienes que elegir entre dos versiones, y una tiene “start-stop” y otra no, en lo que debes fijarte es en el consumo homologado.
iStop: el “start-stop” de Mazda
Dicho esto, aclarar que en el Mazda 3, el sistema “start-stop”, denominado iStop, sólo está disponible en el 2.0 DISI de gasolina con inyección directa. Cuando Mazda lo presentó el año pasado podía presumir de ser uno de los sistemas más rápidos, pues tarda 0,35 segundos en poner en marcha el motor. Y lo sigue siendo. Como ejemplo, el sistema “start-stop” de Citroën y Peugeot, al que llaman “microhíbrido”, necesita 0,4 segundos, y junto al del Mazda, es de los más rápidos del mercado (lo normal es entre 0,6 y 0,8 segundos).
Las diferencias técnicas entre uno y otro son interesantes. El “start-stop” de Citroën/Peugeot, que sí está disponible con los motores diesel HDI, es un sistema que utiliza un alternador de segunda generación más potente, y una gestión que permite desconectar el motor sin que el coche esté detenido por completo (lo hace cuando se baja de 20 km/h en los modelos manuales, y por debajo de 8 km/h con la caja pilotada). De todos los Diesel que llevan “start-stop”, es de lo mejorcito que hemos probado.

En Mazda, el iStop tiene varias peculiaridades. La primera es que lleva una segunda batería auxiliar más pequeña. Para el primer arranque con el coche en frío se utiliza la batería principal, pero ya en marcha, y cuando el iStop entra en funcionamiento, la batería auxiliar es la que suministra la energía eléctrica necesaria para activar el motor de arranque.
La segunda particularidad del sistema “start-stop” de Mazda, y lo que hace que el sistema sea tan rápido es que se controla la posición de los pistones en el proceso de parada, para que queden en una posición favorable de cara al reinicio. Se trata de parar siempre el motor con los pistones en una posición en la que uno de los cilindros se quede en fase de combustión, de forma que el arranque se produce por efecto del empuje que ejerce ese pistón en el momento de arranque, y una pequeña “ayuda” del motor de arranque.
En la práctica, el iStop en el Mazda 3 con el motor 2.0 de gasolina tiene un funcionamiento muy suave, de los mejores que hay en el mercado con motor de gasolina.
Mazda3 2.0 DISI: ¿gasolina o diesel?
Aclarado cómo funciona el iStop, veamos qué tal va el 2.0 DISI. Su respuesta es muy buena desde bajas revoluciones, y puedes conducirlo casi como un Diesel, en marchas largas y con el motor girando entre 2.500 y 3.000 rpm, manteniendo una buena reserva de aceleración que puedes aprovechar si estiras el motor más allá de las 3.800 rpm. Lo malo, aunque el motor es suavísimo, es que en este caso hace ruido; no es mucho, pero sí un ruido “feo”.
Entre lo mejor del Mazda3 me quedo con la agilidad que muestra cuando llegan las curvas, y con el diseño y el acabado del habitáculo. La versión 2.0 DISI que he probado me parece algo incómoda, pero más por los neumáticos (en medida 2055/50-17) que por el tarado de la suspensión. Otros Mazda3 que he conducido con neumáticos con más perfil me han parecido más equilibrados. Tampoco he conseguido acercarme al consumo medio homologado de 6,8 l/100 km, una cifra que sólo verás en viajes por autopista “a punta de gas”. En utilización normal, combinando carretera, ciudad y autopista, es imposible bajar de 8 l/100 km.

De la oferta actual no hay que perder de vista el nuevo 1.6 CRTD de 115 CV; creo que ofrece un rendimiento adecuado para cualquier utilización, gasta casi 2 litros menos que el 2.0 DISI (en realidad serán más), y cuestan parecido, aunque no tienen versiones equivalentes de equipamiento. La versión más equilibrada de la gama, sin embargo, es el 2.2 CRTD de 150 CV, que cuesta 1.850 euros más que el 2.0 DISI a igualdad de equipamiento. Es casi tan suave como el 2.0 DISI, pero tiene un margen mayor en el que el empuje es consistente, y a la hora de hacer kilómetros por carretera no sólo gasta mucho menos, también suena menos. No tiene “start stop”, pero aun así, también gasta menos en ciudad que el 2.0 DISI con iStop.

En cuanto al habitáculo, ya he dicho que me parece un coche con un puesto de conducción muy bien hecho. Transmite sensación de calidad, al nivel de los mejores de la categoría. El espacio ya no es tan bueno, al menos en relación con el tamaño exterior. Y tampoco me gusta el navegador, con una pantalla demasiado pequeña, y en una posición que requiere apartar mucho la vista de la carretera para seguir las indicaciones. Tampoco anda sobrado en maletero.