Hemos tenido la oportunidad de probar el Peugeot 208 GTI que ha creado Peugeot Sport en Francia para participar en las 24 Horas de Nürburgring de 2013 el pasado mes de mayo. Es un auténtico coche de carreras, extremo, muy especializado y muy por encima de un coche de competición monomarca. Se crearon tres unidades y una de ellas –la que probé- fue pilotada por el español Gonzalo Martín de Andrés, ganador en España de la selección del programa 208 GTI Racing Experience. Este programa fue creado como promoción del nuevo Peugeot 208 GTI y contaba con una selección de pilotos en ocho países europeos para participar en Nürburgring. Gonzalo Martín de Andrés fue el ganador de la selección en España, que empezó con 200 pilotos federados, de los que cinco pasaron a una final en Francia, hasta que, tras pasar múltiples pruebas de conducción, físicas y entrevistas, Gonzalo se convirtió en el representante español. En cuanto al coche de calle, tenemos en estos momentos una unidad de pruebas del Peugeot 208 GTI de calle y pronto tendréis la prueba de este pequeño y potente deportivo.

El 208 GTI de Nürburgring es un coche muy especial creado exclusivamente para ser efectivo en las 24 Horas.
El 208 GTI Nürburgring es un coche de carreras especialmente creado para participar en las 24 Horas de Nürburgring. Está desarrollado a partir de un Peugeot 208 GTI. Del coche de serie tan sólo queda la carrocería y el bloque del motor porque, dada la libertad de preparación que esta competición permite, Peugeot apostó por crear un coche muy radical. Sus datos son impresionantes: motor 1.6 litros Turbo de 330 CV, como un WRC del Mundial de Rallyes; peso de sólo 990 kg, lo que da una relación de 3 kg/CV; depósito de 100 litros, para aguantar 1h 40mins. entre repostajes; cambio secuencial con levas tras el volante y chasis muy ensanchado y rebajado, con alerón posterior para las rapidísimas curvas de Nürburgring.

Gonzalo Martín de Andrés nos explica las particularidades del los mandos del 208 GTI Nürburgring.
Nos subimos al 208 GTI Nürburgring
La prueba fue en el Circuito del Jarama, lo que agradecí pues ya estoy familiarizado con él. Entrar en un coche de carreras es siempre un ejercicio de contorsionismo para superar las barras de la jaula antivuelco, el volante y los laterales del asiento bacquet de carreras. Dado que el 208 GTI Nürburgring es un coche en el que corren varios pilotos de diferentes tallas el asiento no está anclado y cuenta con regulación longitudinal, lo que me permitió estar más o menos cómodo.

Está construido con mucha atención en la ligereza y el reparto de pesos equilibrado.
Tras ser atado con el arnés de seis puntos por los mecánicos, Gonzalo me dio un breve repaso de los mandos. El pedal de embrague sólo se usa para salir desde parado. El cambio se maneja con dos grandes levas fijas situadas detrás del volante. El volante cuenta con un varios botones que no necesitaba aprenderme (radio, agua…) y dos importantes, uno verde (Neutral) que hay que apretar cuando se engrana la primera velocidad y uno rojo del limitador de velocidad a 60 km/h para rodar por boxes. Por si se me calara el coche o tuviera algún percance, Gonzalo me enseñó el botón de arranque y los mandos del conducto de la gasolina y cortacorrientes situados en una pequeña consola central. El resto de botones y mandos ni los miré, para ser sincero.

Lo mejor del 208 GTI de carreras es su alta potencia y tracción que lo hacen muy rápido y efectivo saliendo de las curvas.
Con la primera engranda y con la pista para mí solo aceleré fuerte e intenté ser progresivo al soltar el pedal embrague, tras un ligero tirón conseguí salir sin calarlo, algo importante para no quedar mal frente al resto de colegas de la prensa allí presentes. Una vez en marcha todo es más fácil, al ser un motor turbo entrega la potencia máxima alrededor de las 6.500 rpm y cuenta con mucho empuje ya desde las 4.000 rpm, por lo que no es muy difícil de sacar partido. Las marchas entran con ligeros toques en las levas y tiene un display con el número de marcha engranda bien grande. El pedal de freno está, como en todo coche de carreras duro, pero no tanto como esperaba y la frenada es brutal.

Así de blando va el 208 GTI de carreras con los reglajes de Nürburgring.
Rápido y efectivo, pero "fácil"
Tras media vuelta para saber cómo reacciona el coche, la verdad es que te sientes muy cómodo con el 208 GTI Nürburgring al comprobar que no es muy crítico, que puedes entrar en la curva rápida de Varzi fuerte, con una adherencia brutal de los neumáticos lisos de carreras de Michelin sin notar ninguna deriva y si pisas con determinación frena justo donde tú quieres. Los nervios desaparecen y comienzas a disfrutar. A pesar de ser tracción delantera y con el peso del motor delante, el morro entra en las curvas con insinuarlo en el volante, pero no es muy nervioso de atrás, más bien neutro. En el poco tiempo que tuve no llegue a llevarlo realmente al límite de adherencia, pero supongo que al ritmo que un piloto como Gonzalo consigue, el coche demostrará alguna tendencia inicial subviradora y cierta disposición del tren posterior a ayudar a girar usando la transferencia de masas.

Las frenadas son impresionantes, puedes clavar el coche en el último momento para "tirarte" en cada giro.
Ganando confianza, comprobé cómo tira el diferencial autoblocante al acelerar a la salida de las curvas, cómo corre el coche cuando apuras las marchas hasta la última luz ambar del indicador, se notan los 330 CV, y lo blando que va para ser un coche de circuito, algo de lo que ya nos avisó Gonzalo. El coche viene con los reglajes de Nürbugring, un circuito lleno de baches y desniveles que provocan constantes despegues de las ruedas y compresiones brutales en apoyo, por eso no va muy duro. Todo en el coche está pensado para una carrera de 24 horas, con un freno más asistido de lo habitual, una dirección rápida, pero no muy dura y un comportamiento “fácil” que vaya lo mejor posible tanto en seco como en lluvia, entre el tráfico, y con el depósito de 100 litros lleno o vacío. Si estuviese reglado para una carrera de 12 vueltas en el Jarama iría mucho más duro, con menos balanceo y tendría un comportamiento más crítico con una trasera “juguetona” que ayudase a entrar en las curvas.

330 CV de un 1,6 litros, gracias en parte a ese turbo y los conductos que casi no caben bajo el capó.
Ganador de su categoría
La experiencia fue formidable y agradecemos que una marca como Peugeot apueste por la competición y se lleve a un piloto español a una de las carreras más difíciles que aún existen en el mundo. Gonzalo Martín de Andrés pudo hacer cinco horas de carrera, a veces bajo la lluvia, pero no rodó por la noche, ya que debido a la niebla y la lluvia torrencial la carrera se detuvo desde las 11 de la noche a las 8 de la mañana convirtiéndose en una carrera de 15 horas en dos mangas –no es la primera vez que pasa-.
El Peugeot 208 GTI Nürburgring venció su categoría con una de las unidades pilotadas por expertos en el “Nordschleife”, y con los tres coches acabando la carrera. Objetivo conseguido: victoria y seguimiento del equipo Peugeot por aficionados de varios países gracias a la “tripulación” internacional, con español incluido.