El volante es algo inherente al automóvil y a la conducción. Es una de esas piezas básicas, junto a las ruedas y al motor, que tenemos en nuestra cabeza como indispensable en un automóvil. Es el único mando que siempre tenemos en nuestras manos, kilómetro a kilómetro, mientras conducimos. Con él guiamos el vehículo y lo dominamos, pero, sin embargo, es fácil olvidar la importancia que tiene.
A las puertas de la llegada de los coches autónomos y de los primeros vehículos sin volante, queremos dar un repaso a cómo ha sido nuestra relación con este aro indispensable, hasta ahora, para conducir. De la mano de Seat vemos cómo ha cambiado el volante en las últimas décadas, de ser un simple aro a un centro de control del decenas de funciones del vehículo.
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