
Puede que en algún momento, con motivo de un cambio de ruedas, te hayan ofrecido inflar tus nuevos neumáticos con nitrógeno en vez de con aire. O simplemente te hayas sentido atraído por esta posibilidad, tras leer o recibir algún consejo de algún amigo entusiasmado por las ventajas teóricas del nitrógeno para inflar las ruedas. Ya sabes, aquello de: "si lo utilizan en Fórmula 1, también tiene que ser bueno para mi coche".
La realidad es que el nitrógeno se ha utilizado desde hace tiempo para inflar los neumáticos tanto en competición como en aeronáutica, por lo que alguna ventaja tiene. Pero hablamos de dos campos de aplicación muy diferentes al de los turismos de calle. Veamos las ventajas teóricas, para intentar llegar a una conclusión válida.
Las ventajas teóricas de inflar las ruedas con nitrógeno
La teoría dice que el nitrógeno tiene tres ventajas a la hora de inflar tus neumáticos respecto a hacerlo con aire, debido principalmente a las propiedades químicas de este elemento.
La primera es que sus moléculas son más grandes que las del oxígeno, por lo que se reduce la posibilidad de que dichas moléculas se "escapen" y el neumático pierda presión. Los beneficios de un neumático que mantiene mejor la presión son evidentes: con las presiones correctas el neumático funciona mejor –más seguridad–, dura más y se gasta menos combustible.

El segundo factor a favor del nitrógeno es que, a diferencia del aire que contiene oxígeno, reduce o elimina las posibilidades de oxidación de la llanta y del neumático en su parte interior, la que está en contacto con el propio nitrógeno.
Y existe una tercera, que tiene que ver con la temperatura. Un neumático inflado con nitrógeno es supuestamente menos sensible a las altas temperaturas, por lo que se calienta menos, con todo lo que ello conlleva, sobre todo de cara a un menor riesgo de sufrir un reventón.
De la teoría a la práctica
Pero, ¿merece realmente la pena inflar las ruedas con nitrógeno? Pues lo primero que hay que recordar para valorar las ventajas teóricas es que cuando inflamos un neumático con aire ya estamos haciéndolo con nitrógeno en gran parte, pues el aire que un compresor o una bomba de mano introduce en el neumático es el mismo aire que respiramos, que además de otros elementos está compuesto de un 21 por ciento de oxígeno y un 78 por ciento de nitrógeno.

Si inflamos las ruedas sólo con nitrógeno estamos eliminando por tanto ese 21 por ciento de oxígeno y el 1 por ciento de diferentes elementos, par añadir únicamente nitrógeno; pero tus ruedas infladas con aire ya tienen nitrógeno, así que la ventaja por la diferencia de tamaño entre sus moléculas, que se puede cifrar en torno al 10 por ciento, afecta sólo al 21 por ciento del aire que tendrían tus neumáticos inflados con aire. Resumiendo, algo se nota, pero inflar tus ruedas con nitrógeno no te va a liberar en absoluto de comprobar las presiones regularmente. Es más, debes hacerlo, pues al comprobar las presiones también es conveniente realizar una inspección visual de las ruedas.
En cuanto a las ventajas del nitrógeno al no contener humedad y evitar la oxidación en el interior de la llanta y el neumático, particularmente nunca he visto una rueda o un neumático que tenga que ser descartado por oxidación interior. En la actualidad, la mayoría de las llantas son de aluminio y sufren menos esa posible oxidación, sin contar con que por su parte exterior tanto la llanta como el neumático están en contacto no ya con el aire, también expuestos a los cambios climatológicos. Por eso, entre otras cosas, los neumáticos caducan.

En cuanto a la temperatura, en la actualidad la mayoría de los reventones en los que no aparecen factores externos –en los que el nitrógeno no tendría ninguna ventaja–, como puede ser un socavón o un objeto extraño en la calzada, un neumático puede reventar por circular con presiones inadecuadas, al aumentar drásticamente su temperatura. Aquí sí podría ser una ventaja tener el neumático inflado con nitrógeno, pero lo ideal es que no se llegue a producir esa situación de rodar con un neumático tan desinflado como para que exista riesgo de reventón.
Las desventajas de inflar las ruedas con nitrógeno
Como hemos visto, las ventajas teóricas de inflar con nitrógeno se "difuminan" un poco en la práctica, pero ahí están. ¿Cuáles son las desventajas?
Pues la primera, la dificultad de reponer aire en tus ruedas. Todos los neumáticos acaban perdiendo presión, debido a escapes de aire (o nitrógeno, aunque sea en menor medida) por las propias paredes del neumático o por la válvula. Y cuando toca reponer aire no es fácil encontrar dónde hacerlo con nitrógeno. En caso de necesidad se puede mezclar aire y nitrógeno, al neumático no le va a pasar nada; pero evidentemente, pierdes las ventajas de haber inflado con nitrógeno.

La otra desventaja, cómo no, el precio. Afortunadamente, y aunque hay excepciones –sí, todavía hay estaciones de servicio en las que te cobran por poner presiones a tus neumáticos–, el aire es gratis, mientras que inflar las ruedas con nitrógeno cuesta entre 3 y 5 euros por neumático.
¿Conclusión? Si quieres probarlo, y tienes localizado dónde inflar tus ruedas con nitrógeno (y dónde reponer en caso necesario) tampoco es una inversión tan grande, puedes probar. No esperes notar nada durante la conducción, y serás tú el que tendrá que evaluar por comparación si realmente aprecias una mayor estabilidad en las presiones de las ruedas con el tiempo –puede variar mucho en función del tipo de neumático y de la conducción–. Pero recuerda, aunque utilices nitrógeno, debes seguir comprobando las presiones, inicialmente al menos una vez al mes.
en que vehiculo se implemento el inflado de neumaticos con nitrogeno y en que año fue , espero su colaboracion gracias
Pedro, es como el agua de la pecera: hay que cambiarlo cuando tenga un color raro o veas que aparece moho.