El Volkswagen Phaeton D2 nunca llegó a fabricarse porque todos los esfuerzos de la marca se centraron en la electromovilidad.

Jozef Kaba?, director de Diseño de Volkswagen, contempla hoy el Volkswagen Phaeton D2, que nunca llegó a la producción en serie: «El coche sigue teniendo un aspecto muy atractivo y bellas proporciones, e impresiona por su palpable alta calidad y valor». Junto con sus compañeros Marco Pavone, responsable de Diseño Exterior, y Tomasz Bachorski, responsable de Diseño Interior, Kaba? se encarga actualmente de diseñar los futuros modelos de Volkswagen.
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20 años del Phaeton
El proyecto lanzado por el ex presidente del Comité Ejecutivo de Volkswagen, Ferdinand Piëch, a finales de los años noventa, fue muy ambicioso desde el principio. Él quería abrir un nuevo segmento de mercado para Volkswagen con una berlina de lujo y, al mismo tiempo, elevar toda la marca a un nuevo nivel. Con sus 5,06 metros de longitud, 1,90 metros de anchura y 1,45 metros de altura, estas dimensiones ya garantizaban un puesto para el Phaeton entre sus competidores del segmento de lujo. Sin embargo, a pesar de su tamaño, su aspecto visual era discreto. Su diseño fluido con líneas de techo ligeramente arqueadas creaba un aspecto atemporal y poco ostentoso. Los únicos elementos que destacaban especialmente eran los grupos de luces redondas traseras instalados bajo los elementos rectangulares de cristal.

Máxima calidad
Elementos cromados, chapa de madera de hasta 30 capas de material y cuero: este trío se reunía en la palanca de cambios automática, que parecía tan sólida y potente como la palanca de mando de un yate a motor. Los paneles de madera cubrían las rejillas de ventilación, que se abrían eléctricamente y de forma silenciosa cuando era necesario en función del ajuste del aire acondicionado automático y de la radiación solar. La ventilación se efectuaba casi sin corrientes de aire, incluso en la posición más alta.

Salón sobre ruedas
El interior del Phaeton constituía una especie de salón móvil, en el que se combinaban la calidad sin concesiones y los materiales de primera calidad con los detalles técnicos cuidadosamente dispuestos. Los ocupantes del vehículo quedaban aislados del mundo exterior por puertas que se cerraban de manera satisfactoria con un ruido sordo y gruesos cristales, mientras que los espacios entre los componentes eran extremadamente estrechos y estrictamente paralelos. El sistema de sonido opcional Dynaudio también contentó a los oídos de los más exigentes aficionados del audio hi-fi.

La calidad del Phaeton destacaba en los viajes largos. Su suspensión neumática de serie con amortiguación adaptativa le permitía deslizarse con suavidad por la autopista. Gracias a su altísima rigidez torsional, la carrocería no traqueteaba ni crujía en absoluto. El capó, las puertas y la tapa del maletero estaban hechos de aluminio. También se ofrecía una variante del Phaeton con una longitud adicional de 120 milímetros y un espacio más amplio en la parte trasera del habitáculo, como modelo para chóferes. Los asientos individuales con sistema de masaje y ventilación estaban disponibles de manera opcional, al igual que en la versión de serie.
El nombre Phaeton también simbolizaba el estatus exclusivo de la gran berlina. No era solo una referencia a la mitología griega, sino que también representaba un vínculo con los modelos clásicos de Horch y ?koda con el mismo nombre.
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