El nuevo Renault Mégane Coupé Cabriolet se presenta en marzo en el Salón de Ginebra, y estará en los concesionarios muy poco después, en primavera. Es la sexta carrocería que se incorpora a la gama Renault Mégane, y viene a sustituir al modelo realizado sobre la base del anterior Mégane, que todavía se comercializaba.
Entre los descapotables derivados de modelos compactos con los que compite, el Renault Mégane CC aporta una singularidad: su techo metálico de dos piezas ofrece una superficie acristalada de nada menos que 0,47 metros cuadrados, por lo que también se puede disfrutar de una visión "panorámica" del cielo cuando se circula con el techo puesto. El accionamiento del techo lleva 21 segundos, y el maletero pasa de 417 a 211 litros según se lleve o no desplegado.
El Renault Mégane CC cuenta con un sistema que facilita el acceso a los pasajeros de las dos plazas posteriores, y que conserva la posición de los asientos delanteros tras abatirlos. Por detrás de los reposacabezas de las plazas traseras se montan unos deflectores fijos que eliminan turbulencias a baja velocidad, y también se puede montar una red deriva vientos desmontable más efectiva para recorridos largos a mayor velocidad, pero que anula las dos plazas posteriores. Por lo demás, el salpicadero deriva del utilizado en el Mégane berlina, y cambian el diseño de los asientos (con más sujeción) y de los paneles de las puertas.
Renault anuncia una rigidez torsional nada menos que un 80 por ciento superior a la del Mégane CC al que sustituye. No deja de sorprendernos que cada vez que se lanza un modelo nuevo, y en especial en el caso de los descapotables, se consigan aumentos de la rigidez tan grandes. O la carrocería del anterior era un "chicle" (y me consta que no lo era, porque lo he conducido varias veces), o no termino de entenderlo. En cualquier caso, habrá que esperar a probarlo para ver si la superior rigidez y las modificaciones que Renault anuncia para el tarado de las suspensiones y la dirección surten efecto.
La gama de motores contará con tres versiones de gasolina y tres diesel.
Entre los gasolina, el 1.6 atmosférico de 16V y 110 CV, el 1.4 TCe con turbocompresor de 130 CV, y un motor que, sabiendo lo bien que va este último, no tiene mucho sentido en la gama, el 2.0 16V atmosférico de 140 CV, para el que se puede pedir un cambio automático de variador continuo.
Entre los diesel, tres variantes dCi, con 110, 130 y 160 CV. Lo más novedoso, la posibilidad de montar un nuevo cambio de doble embrague con siete marchas similar al DSG de Volkswagen, al que Renault denomina EDC (Efficient Dual Clutch). La pena es que sólo se anuncia para el motor diesel menos potente.
