La fábrica de Sevel, en Atessa, vuelve a su actividad con casi todos sus empleados. Para lograr esto, ha sido necesario estudiar bien la redistribución de los espacios, además de proteger a los empleados con kits personales de higiene.
España ya está recuperando su actividad económica en cuanto al automóvil se refiere tras el parón por su particular estado de alarma. E Italia, otro país sacudido por el coronavirus, está haciendo lo mismo. De ahí que FCA haya reabierto su fábrica Sevel, ubicada en Atessa, cerca de Pescara y a 250 kilómetros de Roma.
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Para reabrir, se han desnfectado más de 300.000 metros cuadrados y se han instalado cerca de 130 dispensadores de desinfectante para manos. Además, se han colocado 15 grandes vallas y 25 monitores de vídeo para mostrar información relativa al higiene personal, junto al reparto de 6.000 follertos y 18.000 carteles por toda la planta de producción.
Desde FCA creen que esto es suficiente para garantizar la seguridad de los 6.000 empleados de la planta de Savel de Atessa, tras acordar estas medidas el pasado 9 de abril con seis sindicatos italianos. Estas mismas iniciativas han sido llevadas a cabo en otras instalaciones de menor tamaño, como Cassino, Pomigliano, Termoli y Mirafiori, que se encargan de dar suministro a esta fábrica.
El trabajo en higiene y seguridad es algo que ha destacado Pietro Gorlier, director de operaciones de FCA en la región EMEA: “Sevel de Atessa es un ejemplo concreto de que proteger a nuestros trabajadores es nuestra principal prioridad. El resultado de un análisis y una preparación rigurosos que se han llevado a cabo en colaboración con los principales virólogos”.
Antes del regreso de los empleados, se ha desinfectado a fondo la fábrica. Un arduo trabajo, ya que en esta instalación hay 18 zonas de descanso, 52 servicios o 7.400 taquillas. Los comedores reducirán su aforo y ampliarán los turnos para garantizar que se cumple la distancia de seguridad.
Estas medidas especiales también se han llevado a cabo en las áreas de producción y oficinas. Ahí, se han reconfigurado las estancias para redistribuir a la gente y garantizar el distanciamiento social. También hay medidas similares en zonas comunes, además de instalar barreras de protección entre los empleados de las oficinas.
Además, los trabajadores recibirán un kit personal con mascarillas quirúrgicas y guantes, que se repondrán a diario, además de unas gafas de seguridad. Los empleados que usen transporte público deberán notificarlo, ya que se les dará una mascarilla adicional para que la usen solo durante sus desplazamientos.
En las puertas de Sevel, ya hay controles de acceso. El personal médico se encarga de controlar la temperatura de cada empleado mediante cámaras térmicas o termómetros manuales.
