El descapotable de lujo de Lexus ha sufrido las peores condiciones climáticas posibles con el objetivo de comprobar la fiabilidad de sus componentes.
El Lexus LC es un coche que pudimos probar hace unos meses y que nos maravilló gracias a su extraordinario rendimiento. En la presentación, la marca nos contó que han hecho de todo con el coche para comprobar que todos sus elementos tienen una calidad y durabilidad total, como abrir y cerrar la capota hasta que falle. Lo hizo tras 50 años de uso ininterrumpido. En su obsesión por ofrecer lo mejor, ahora Lexus ha hecho otra prueba: descapotar el coche y meterlo en una cámara de refrigeración a -18 grados durante una noche entera.
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El objetivo era comprobar si en condiciones extremas, el Lexus LC era capaz de recuperar su funcionamiento habitual. Para complicar aún más la hazaña, el coche entro mojado, de modo que alrededor de la carrocería se conformó una fina capa de hielo. Se le puso a -18 grados porque es el estándar de la industria para valorar cómo de efectiva y dañina es la descongelación de un coche.

Después de 12 horas de helada, Paul Swift, conductor especialista en acrobacias, se encargó de arrancar el motor V8 del Lexus LC y ver qué era capaz de hacer tras un periodo de congelación extrema. Y lo cierto es que funcionó a la perfección, demostrando que la fiabilidad del Grupo Toyota también se extiende a su marca premium.
Para calentar el coche, todo se activó: volante y asientos calefactables, climatización a toda vela, así como el calor procedente de la parte posterior del reposacabezas delantero. El objetivo era climatizar el coche lo antes posible para hacerlo cómodo de conducir. Según Swift, todo funcionó de maravilla, sin pérdidas de tracción o problemas con la caja de cambios.
