La firma alemana ha revisado sus proyectos a corto plazo, ya que consideran clave tener liquidez tras el duro varapalo que todas la industrias han sufrido con el coronavirus y el estado de alarma.
Volkswagen ha reabierto sus fábricas y en nada, los concesionarios volverán a operar. Por eso, es momento de analizar el impacto del coronavirus en las ventas. Ya os contamos el shock que fue el mes de marzo para todas las firmas. Pero hoy toca hablar de Volkswagen a nivel global.
El primer trimestre, que comenzó bien para Volkswagen, terminó mal debido a la pandemia. Las entregas se redujeron un 25% y la marca dejó de ganar 2.600 millones de euros durante este periodo. Esto supuso unas pérdidas del 11,9%. Los beneficios de la marca, cifrados en 481 millones de euros, fueron un 50% menos respecto el año 2019.
Una crisis que ha afectado “severamente” a Volkswagen, tal y como afirma Ralf Brandstätter, COO de la marca. De hecho, ha obligado a revisar todos los proyectos “para evaluar su importancia para nuestras necesidades a corto plazo”. Aunque afirmó que esto no afectaría a planes estratégicos, como el lanzamiento del nuevo Volkswagen ID.3.
Pese a la crisis, Volkswagen ha logrado mantener el ‘cash-flow’ en positivo. Unos 500 millones de euros. Por tanto, buen trabajo de la firma a la hora de guardarse las espaldas ante posibles crisis como esta. Porque ha supuesto entregar, a nivel global, unos 250.000 coches menos que en 2019. Un bajón muy brusco.
Por tanto, la firma alemana ha logrado mantenerse a flote, con el pensamiento de recuperar la senda que abandonó hace un par de meses, cuando el coronavirus azotó Europa.