
Si analizáramos las últimas ventas de coches seguramente podríamos decir con seguridad que sobre el 80% son de tracción delantera. Esta realidad es muy distinta a la que había a principio del siglo XX y sobre todo cambió a partir del lanzamiento del Citroën TractionAvant el 3 de mayo de 1934, el primero que "empujaba" desde las ruedas delanteras.
Se puede decir que el impulsor de esta idea era André Citroën que buscaba un modelo que fuera innovador y superara el número de ventas del Citroën Rosalie. André contrató para el proyecto a André Lefebvre, ingeniero aeronáutico, y a Flaminio Bertoni, escultor italiano, que también fabricarían posteriormente el Citroën 2 CV y el Citroën DS.
Lo primero que hizo André Lefebvre fue poner a punto la mecánica trabajando en aspectos como la frenada, el comportamiento en carretera y las prestaciones. Mientras, Flaminio Bertoni se encargaba de la habitabilidad, la ligereza de la carrocería y la aerodinámica.

Todo el trabajo realizado por la pareja Lefebvre-Bertoni, además de la colaboración de André Citroën y su equipo, consiguió terminar en 18 meses. El 18 de abril de 1934, un conjunto de periodistas pudieron ver por primera vez el modelo expuesto en el Garage de l’Europe de París.
La prensa enseguida se dio cuenta que el Citroën TractionAvant era muy innovador. “L’Auto” destacó que “Es tan novedoso, tan audaz, tan diferente y está tan lleno de soluciones originales que sólo merece un epíteto: sensacional”. Además de la citada tracción delantera, también había otros avances como la carrocería autoportante monobloque sin chasis independiente, la suspensión con barras de torsión en ruedas independientes o los frenos hidráulicos.
El primer tracción delantera
El Citroën TractionAvant siempre será recordado por la tracción delantera debido a su estructura motor-caja de cambios. Esta arquitectura favorecía el reparto de pesos, mejorando el comportamiento en carretera al aumentar la adherencia de las ruedas. La fuerza del motor se transmite en la misma dirección que la trayectoria de marcha, algo que aumentó la velocidad en curva al evitar el derrapaje.

Los ingenieros de Citroën también buscaron un comportamiento óptimo en terrenos con poca adherencia y en rampas con gran desnivel. Para ello, inventaron un sistema de transmisión uniforme entre el motor y las ruedas, que trabajaba de forma independiente al ángulo de giro o la altura del suelo del coche.
Al no utilizar el eje de transmisión a las ruedas traseras, se conseguía en estos modelos un suelo plano, pudiendo incluso aumentar la distancia entre ejes para obtener un mayor confort y habitabilidad. La posición de los ocupantes y el centro de gravedad estaban más bajos para tener una mayor estabilidad.
Otros aspectos que hicieron muy confortables al Citroën TractionAvant fueron sus asientos mullidos, su interior calefactado y un silencio en marcha destacable para la época.
La vida del Citroën TractionAvant
El contexto del lanzamiento del Citroën TractionAvant no era muy bueno. El mundo estaba en plena crisis tanto económica como política y Citroën tampoco atravesaba sus mejores momentos. André Citroën decidió reformar la planta de Quai de Javel de París para adaptarse a las necesidades tecnológicas del nuevo modelo.

El primer Citroën TractionAvant nació con la nomenclatura “7A”. Tenía 32 CV y podía alcanzar una velocidad máxima de 95 km/h. Más tarde apareció el “7B”, que aumentaba su potencia hasta los 35 CV con 1.530 cm3 y llegaba hasta los 100 km/h. El tercero en cuestión se presentó en junio de 1934, era el Citroën 11 que aguantaría en el mercado hasta 1957, pasando la Segunda Guerra Mundial.
André Citroën intentó entrar en el mercado del gran lujo con el Citroën 22, que tenía un V8 de 100 CV y 3 litros de cilindrada. Fue presentado en el Salón de Paris en octubre del 34, pero la dirección de la marca decidió descartarlo. Ahora tiene un status de leyenda entre los coleccionistas porque, en teoría, no se conserva ninguno de los prototipos.
Con la llegada a la presidencia de Citroën de Pierre Michelin y su posterior sucesor Pierre Boulanger, se intentó actualizar el Citroën 11. Su renovación llegó en la primavera de 1938 denominada 15-Six. Tenía un motor de 6 cilindros en línea y 2.867 cm3 que era capaz de alcanzar una velocidad punta de 130 km/h. Estaba disponible en versiones berlina y familiar y en color negro (el azul, los grises perla y el ahumado llegó en 1953) pero el parón obligado por la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana hizo que el éxito comercial llegara en la posguerra.

Ya en 1946 se convertiría en el coche oficial del Presidente de la República y en 1955 llegaba el fin de su fabricación. Antes de “morir” equipó la suspensión hidroneumática de alta presión en el eje trasero que se haría famosa en el Citroën DS.
Durante los 23 años, 4 meses y 15 días que estuvo en el mercado el Citroën TractionAvant se fabricaron 759.000 unidades (702.000 en Quai de Javel, 31.000 en Forest (Bélgica) y 26.000 en la británica Slough). La versión que más éxito que tuvo fue el Citroën 11 que acaparó 620.445 unidades.
Video del Citroën TractionAvant