Claves para comprar un coche híbrido de segunda mano

Cada vez hay más coches híbridos en el mercado de ocasión. Te contamos lo que tienes que tener en cuenta al comprar un híbrido de segunda mano.

Aunque todavía hay pocos, la verdad es que la oferta de coches híbridos en el mercado de ocasión se ha duplicado en los últimos años. Al haber cada vez más disponibles, con más antigüedad y, sobre todo de segmentos más populares –los primeros eran coches grandes, potentes y caros–, los híbridos también han visto disminuir su precio como coches de segunda mano.

Lógico por tanto que entre los híbridos de ocasión que más se ofrecen actualmente en nuestro mercado aparezcan el Toyota Prius (en distintas generaciones) y el Toyota Auris HSD, a los que se suma el Lexus CT200h. Por detrás, completarían el Top5 el Lexus RX 450h y el Lexus RX 400. Si merecen la pena o no siempre es algo que deberá decidir cada cual, en función del uso que se va a realizar del coche y también del presupuesto. Pero lo cierto es que, como ya sucede con los coches nuevos, los híbridos también empiezan a ser una alternativaa los coches convencionales con motor de gasolina o diésel también en el mercado de ocasión.

Y lo son no sólo por el mencionado aumento de la oferta y porque ya se pueden encontrar coches híbridos de segunda mano con precios “populares”, también porque la trayectoria de los que llevan ya años en el mercado ha demostrado que la tecnología híbrida es muy fiable(sólo tienes que preguntar a los taxistas que utilizan como vehículo el Toyota Prius) y en cualquier caso, ya que no hay que tener miedo a la posibles averías.  Un híbrido puede tener problemas, pero se solucionan igual que en el caso de un coche con motor de combustión.

Lo que hay que mirar al comprar un híbrido de ocasión

Además de seguir los mismos consejos que te damos para comprar cualquier coche de segunda mano respecto a motor (de combustión), carrocería o suspensiones, en el caso de los coches híbridos de ocasión conviene tener en cuenta algunas cuestiones adicionales. Seguramente la primera por la que te estás preguntando es por la batería y por el sistema híbrido.

Pues bien, normalmente el sistema híbrido suele tener una garantía de serie muy superior a la obligatoria para el vehículo, por lo general el mínimo que suelen ofrecer los fabricantes son 5 años, aunque algunos también acotan por kilómetros (entre 100.000 y 160.000). Así que si vas a comprar un híbrido de ocasión, es muy probable que todavía le quede garantía al sistema híbrido, aunque ya se haya terminado la de los dos años que se ofrece para el coche.

En cuanto a la batería de un coche híbrido, normalmente está diseñada para durar toda la vida del vehículo. No suele ser frecuente, pero en función del tipo de uso y del mantenimiento que se haya realizado del coche no descartes que pudiera necesitar sustitución. Ojo, que hablamos de coches con kilometrajes ya muy altos. Pero aquí es donde viene el desconocimiento sobre los coches híbridos (hablamos de híbridos normales, no híbridos enchufables, tan recientes que todavía apenas existe mercado de ocasión) pues cambiar una batería puede llegar a costar aproximadamente lo que un turbo o un filtro de partículas en un diésel.

¿Cuánto cuesta la batería de un coche híbrido?

Tomemos como ejemplo un Toyota Prius, el coche más popular entre los híbridos de segunda mano. El cambio de batería puede estar en torno a los 1.500 euros (algo menos en los de primera generación, algo más en los de segunda), y también hay empresas que se dedican a regenerar las baterías utilizando un proceso electromagnético, operación que puede costar unos 600 euros.

Pero insisto, una batería bien mantenida puede superar fácilmente los 200.000 km de vida útil, y hay casos que han duplicado ese kilometraje sin problemas. Con el uso, y sobre todo cuando no se cuida el sistema de ventilación en el caso de las que van refrigeradas por aire (ahora también hay híbridos con baterías refrigeradas por líquido, sobre todo los más potentes y de gamas más altas), la batería puede perder potencia, recargarse de forma menos eficiente y por lo tanto durar menos. En cualquier caso, te dejo un dato que puede ser de ayuda: cuando preguntas, la gran mayoría de las marcas coinciden al asegurar que tras 10 años de uso, lo normal es que las baterías de un coche híbrido conserven en torno al 80 por ciento de su carga.

La prueba de conducción

El problema para el comprador, sobre todo si nunca han tenido antes un coche híbrido, es que resulta muy difícil determinar con precisión el estado de la batería únicamente con una prueba de conducción. De hecho, los híbridos convencionales no son tan dependientes de la potencia de la batería como los híbridos enchufables, por lo que incluso en caso de que no esté en buen estado de forma (hablamos de menos de un 50 por ciento), su sustitución no suele ser urgente; lo que más se notará es en el consumo, o cuando demandes la máxima potencia, por ejemplo en una aceleración.

Y ya que hablamos de la prueba de conducción, que es la que suele dar el empujón final a la hora de decidirse y comprar con cierta garantía un coche de segunda mano, conviene fijarse en varias cosas. La primera, tras el paso previo de haberte informado con anterioridad de las características del coche híbrido que vas a probar (sobre todo autonomía y velocidad máxima en modo eléctrico) es comprobar que efectivamente el coche es capaz de avanzar en modo completamente eléctrico. La batería deberá tener un mínimo de carga; todos los híbridos tienen un modo de visualización en la instrumentación o en la pantalla multimedia que ofrece esta información, y si el coche está funcionando sólo con el motor eléctrico, con el de combustión o con ambos.

Busca un recorrido urbano y verifica que el coche arranca desde parado en modo eléctrico, y que es capaz de avanzar propulsado únicamente por las baterías; ojo, este tipo de conducción requiere avanzar a baja velocidad (normalmente sobre los 20-25 km/h máximo) y con muy poco recorrido del pedal del acelerador para que no entre en funcionamiento el motor térmico.

Los frenos son otro de los puntos que pueden generar dudas, por el especial tacto de pedal de freno que tienen los coches híbridos. Si en el historial de mantenimiento figuran problemas de frenos o sustituciones prematuras de discos, por ejemplo, es señal de que el coche no ha sido conducido de forma especialmente cuidadosa. En los híbridos, la primera parte de recorrido del pedal al accionar los frenos corresponde al trabajo que hace el sistema de recuperación de energía, por lo que los frenos sufren mucho menos que en un coche con motor convencional.