Gracias a un tramo habilitado en el Reino Unido, los ingenieros de la marca inglesa podrán efectuar pruebas con coches autónomos y conectados entre sí.

Dentro del proyecto “UK-CITE”, Jaguar y Land Rover van a empezar a realizar pruebas de coches conectados y de conducción autónoma. Para ello, el gobierno inglés ha preestablecido un tramo de 41 millas entre las ciudades de Coventry y Solihull.
En los bordes de la carretera se instalarán una serie de equipos de comunicaciones para poder permitir circular hasta 100 vehículos conectados. Su objetivo es probar diferentes tecnologías para compartir información entre los coches y entre éstos y las infraestructuras que se encuentren en su camino.

Toda la captación de información servirá en un futuro para que las autoridades puedan monitorizar y controlar el tráfico. De esta manera se podrá conseguir que las salidas y los cruces sean más seguros, además de poder realizar la formación conocida como “platooning”, que se trata de vehículos que se siguen para hacerlo de forma más segura y utilizando la carretera de forma más eficiente.
Otra de las funcionalidades a trabajar es lo que desde Jaguar-Land Rover denominan como “Over de Horizon”. Gracias a la comunicación infraestructura-coche, se podrán mandar los mensajes de los pórticos directamente a las pantallas multimedia, e incluso podrían llegar a quitar dichos pórticos ahorrando el dinero de su instalación (se estima en 1 millón de libras cada uno). Incluso, al estar unidos a los sistemas de emergencia, se podrá avisar a los conductores sobre la llegada de ambulancias o bomberos, antes de que se vean las propias sirenas.

Coches autónomos como humanos
Dentro de la investigación que están haciendo desde Jaguar-Land Rover, se quiere estudiar también el comportamiento de los conductores para hacer que los sistemas de conducción autónoma se parezcan más a un humano que a un robot.
Para ello, han proporcionado a un grupo de trabajadores diferentes vehículos para estudiar situaciones reales de tráfico. Una serie de sensores han sido colocados en los coches para captar los comportamientos naturales que suceden en rotondas, intersecciones o en cruces de incorporación al tráfico.

Este segundo proyecto llamado “MOVE-UK” tiene como misión que los conductores del futuro acepten mejor los coches autónomos al reconocer hábitos de conducta más parecidos a cuando ellos conducían. De esta manera las personas serán más propensas a que el coche tome el control.