En Ford, hay empleados especializados en escucha de motores, que se encargan de comprobar a través de revisiones especiales de que no haya el menor problema antes de montar el motor en el coche.

Pese a la era de máxima tecnología en la que vivimos, los métodos artesanales y tradicionales en algunos procesos de fabricación no se pueden sustituir por máquinas. La capacidad y la sensibilidad de las personas, es única.
Hablamos por ejemplo de la cata de productos como el aceite o los vinos, e incluso la afinación de ciertos instrumentos musicales. Estas tareas necesitan de un experto que a través de sus sentidos certifique la calidad o la falta de la misma de un producto, y le permiten poder perfeccionarlo.

Ford, para la fabricación de sus coches emplea la máxima tecnología, pero también a expertos para determinadas pruebas, como los “escuchadores de motores”, como ellos mismos los llaman. “Este equipo sabe cómo suena un motor perfectamente calibrado, y saben reconocer los pequeños sonidos que deben detectar para identificar un problema”, cuenta Gunnar Herrman, vicepresidente de Calidad de Ford Europa. “Es como un médico que cuenta a su disposición con la tecnología de diagnóstico más avanzada pero sigue utilizando un estetoscopio para recoger signos vitales fundamentales para la salud de un paciente”
Vídeo: los "escuchadores de motores de Ford"
Así, operarios con un alto nivel de preparación llevan a cabo pruebas que confirman el perfecto funcionamiento del motor EcoBoost 2.3 litros de 350 CV antes de que sea instalado en el Focus RS. Pero también para otros motores EcoBoost equipados en modelos como Focus ST, S-MAX, Fiesta y Mondeo.
Si los ingenieros escuchan algún repiqueteo o silbido, sonidos típicamente asociados con problemas como un conducto de lubricación bloqueado o un diente de engranaje dañado, se separa el motor para realizar más comprobaciones y se soluciona el problema. De este modo, la calidad del proceso de fabricación mejora de manera continua.

“La experiencia de escuchar miles de motores nos permite percibir en seguida cuando algo no funciona a la perfección”, cuenta Juan Carlos Rosmari, técnico de calidad de la Planta de Motores de Valencia. “Cada distinto tipo de motor tiene su propio sonido diferenciado, y al escucharlos en las cabinas de pruebas podeos conocer sus características especiales, así como las señales que indican un problema”.
El equipo de “escuchadores de motores” de Ford realiza pruebas a 2.000 motores al día en la planta de Valencia. Preparar motores para las pruebas supone un descanso natural entre las sesiones de escucha, así que los operarios pueden mantener una concentración total en las pruebas a lo largo de la jornada laboral.

Se puede encontrar el toque personal en otros procesos de calidad, como en los maestros artesanos que revisan los acabados de los modelos Ford Vignale o los habilidosos especialistas que esculpen a mano las complejas formas en 3D de los nuevos modelos en los estudios de modelaje de arcilla de Ford.
“Las habilidades de los empleados de Ford, apoyadas por lo último en tecnología, nos ayudan a obtener vehículos de alta calidad con un mejor rendimiento, un mejor aspecto y una durabilidad excelente”, ha añadido Hermann.