No muchos coches incluyen el sistema de cuatro ruedas direccionales pero en algunos casos mejoran su comportamiento en carretera y su maniobrabilidad.

El primer coche de calle en equipar la tecnología 4WS (“Four Wheel Steering” en inglés o dirección a las cuatro ruedas en español) fue el Nissan Skyline en 1985. Un par de años más tarde el invento se popularizó en Europa con la llegada del Honda Prelude (aquí puedes leer su historia).
Este sistema de dirección, que permite girar las ruedas delanteras y las traseras en la misma dirección, finalmente se popularizó en la época de los 90. A día de hoy aún varios coches lo mantienen, pero ¿cuál es su utilidad?, ¿merece la pena?
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Cada marca lo denomina como quiere; Renault tiene el 4Control, BMW su Dirección Activa Integral o la dirección del eje trasero de Mercedes, por ejemplo. Aunque cada uno recurre a un nombre propio, todos funcionan con un resultado similar. El sistema de cuatro ruedas direccionales permite reducir el radio de giro y mejorar la estabilidad del vehículo.

Al principio puede parecer algo extraño, el movimiento es mucho más directo y la sensación al volante es bastante diferente, como si el vehículo “se deslizara sobre el asfalto”. Una vez te acostumbres a su funcionamiento, encontrarás atractiva la idea de trazar una curva implicando la dirección en las cuatro ruedas.
Cómo funciona
Cuando las ruedas delanteras giran, las ruedas traseras acompañan a un lado u otro con un giro muy leve de unos pocos grados. Para determinar en qué sentido cambiará la dirección atrás entra en juego la velocidad. Por debajo de una velocidad determinada las ruedas delanteras y traseras giran en direcciones opuestas mientras que, a velocidades medias o altas, las ruedas giran en la misma dirección a fin de mejorar la estabilidad.

Por desgracia, cuando este proyecto aún estaba en una fase muy temprana, añadía demasiado peso al coche, reduciendo sus prestaciones. Además, no era una solución económica, lo que aumentaba el precio final del vehículo o la limitaba a las versiones más equipadas de la gama.
Qué coches lo llevan
Además de los coches clásicos ya mencionados, otros que se sumaron equipando las cuatro ruedas direccionales fueron el Mazda 626 y el MX6 lanzados en 1988 o los Nissan Skyline GT-R y Mitsubishi 3000 GT VR4. Estos dos últimos eran coupés de altas prestaciones y, aunque su aplicación fue perdiendo popularidad con los años, hay algunos ejemplos más actuales que le dieron una oportunidad al sistema de cuatro ruedas direccionales.

Renault ideó el sistema 4Control para el Renault Laguna de tercera generación. Esta configuración se mantuvo en algunos modelos destacados como el último Renault Megane RS y ha llegado hasta nuestros días con el Renault Rafale y el nuevo Renault Espace.

Los alemanes también han introducido el sistema de cuatro ruedas direccionales en sus coches de gama alta. BMW equipa al Serie 7 y al Serie 5, Porsche, el Panamera y Mercedes a su EQS. Es una configuración que repercute en un precio final más elevado, a diferencia de Renault, que sigue confiando en esta tecnología y la ofrece en formatos más asequibles.
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