El primer proyecto se ha realizado sobre un DB6 MkII Volante de 1970 y podrían empezar a venderse este mismo año.

Jaguar y Aston Martin han empezado una pequeña “batalla” a la que seguramente se unan muchas más marcas en los próximos años. La firma del felino anunció que podía empezar a vender sus clásicos E-Type cambiando su motor de combustión por uno eléctrico en 2020 y ahora desde su homóloga británica contraatacan anunciando que en este mismo año ya podrían tener sus primeras unidades rodando.
En el caso de Aston Martin su coche histórico elegido ha sido el DB6 MkII Volante de 1970, un modelo que por aquel entonces contaba con un motor de combustión de 4 litros con 330 CV de potencia. Ahora se cambiará por un propulsor eléctrico de tipo “cassette”, que significa que puede ser atornillado con mucha facilidad y que es reversible en caso de que el dueño se arrepienta de la modificación.

La gran pega del comunicado de Aston Martin es que no especifica las características técnicas del nuevo motor “cassette” para sus clásicos. Sólo nos informan que han utilizado la tecnología con la que han desarrollado el Aston Martin Rapide E. Otra de las grandes incógnitas es dónde se ubicará la batería, cuyo tamaño marcará la autonomía de este vehículo tan especial.
Como modificaciones, y a diferencia del Jaguar E-Type Zero, en Aston Martin han respetado mucho a la versión original y apenas añadió una pantalla en el salpicadero para indicar el nivel de carga de la batería, aunque no se aprecia en las fotografías proporcionadas. Por fuera incluso se ha mantenido la tapa del combustible en el mismo lugar.

Tanto la iniciativa de Jaguar como de Aston Martin provocan una gran disyuntiva en los coleccionistas de coches clásicos. Por un lado, dichas modificaciones les permitirían poder seguir conduciendo por centros urbanos sin ningún tipo de restricción, pero por otro cambiarían por completo el comportamiento de sus vehículos.