Uno de los mejores pilotos de Fórmula 1 de los años 60 y 70, el neozelandés Chris Amon, acaba de fallecer a los 73 años de edad. Piloto oficial de Ferrari, Tyrrell, McLaren, Matra, BRM, Tecno... y, sin embargo ¡nunca ganó un Gran Premio de F-1!

Chris Amon formaba parte de una generación privilegiada de pilotos procedente del Quinto Continente que se forjó a comienzos de los años 60 y luego saltó -por lógica- al dominante automovilismo británico. Junto con Bruce McLaren y Denny Hulme (ambos llegarían a Campeones del Mundo) Chris Amon fue el mejor.
Su pilotaje consistente y sus dotes de probador le valieron estar en los mejores equipos del momento, pero su proverbial mala suerte le impidió ganar ni un Gran Premio puntuable en su dilatada carrera.
El mismo decía que no había tal mala suerte: había sobrevivido a terribles accidentes sin apenas secuelas, mientras otros muchos de sus compañeros (Clark, Rindt, Cevert, Courage...) habían fallecido. Finalmente ha sucumbido al cáncer a los 73 años de edad, tras retirarse de la competición a finales de los 70.

Origen humilde en Nueva Zelanda
Chris era hijo de unos granjeros-ovejeros neozelandeses. Su padre le compró un Austin A40 cuando terminó sus estudios a finales de los 50y con él comenzó a correr. Sus dotes aparecieron pronto y de ahí saltó a los monoplazas (incluso con un Maserati 250F y un Cooper-Climax).
El piloto y propietario de equipo, Reg Parnell, lo descubrió durante las "Winter Series" en 1962 y le invitó a ir a Inglaterra a proseguir su carrera, debutando con el Lola-Climax del equipo en F-1 al año siguiente sin demasiado éxito y con muchas averías. Logró su primer punto en 1964 (GP de Holanda), pero Amon decidió saltar al nuevo equipo McLaren de su compatriota Bruce. Desgraciadamente, el segundo coche tardó mucho en estar operativo.

Amon-McLaren, pareja triunfadora
Esta asociación Amon-McLaren le daría el mayor triunfo de su carrera, al ganar juntos las 24 Horas de Le Mans en 1966 para Ford (Ford GT40). Fue un año de doble triunfo, porque el director de cine, John Frankenheimer alquiló el equipo McLaren para rodar su célebre película "Grand Prix" y eligió el casco de Amon para su protagonista, Pete Aron (James Gardner).
El triunfo en Le Mans le abrió las puertas de la Scudería Ferrari, que lo contrató a tiempo completo para F-1 y Resistencia. Durante la temporada de 1967 la mala suerte se cebó en el equipo italiano: Bandini falleció en el GP de Mónaco, Parkes se rompió las dos piernas en el de Bélgica y Scarfiotti decidió retirarse... Amon se quedó solo y terminó quinto del Mundial con tres terceros puestos.
Además destacó en las pruebas de Sport-Prototipos con el Ferrari 330 P4: primero en las 24 Horas de Daytona y en los 1000 Km de Monza, segundo en los 500 Km de Brands Hatch... y Ferrari, Campeona del Mundo de Marcas.

Listo para ser campeón
Amon estaba ya maduro para ganar carreras y pelear por el título, pero 1968 fue un desastre. El nuevo Ferrari 312 diseñado por Mauro Forghieri dio demasiados problemas y sólo logró diez puntos y acabar cinco carreras en todo el año. Al menos acabó segundo en las Tasman Series australianas con un Ferrari-Dino 246T tras Jim Clark y logró buenos resultados en Fórmula 2.
Incluso lo mejoró en 1969, ganando la Tasman con cuatro victorias, pero los triunfos en Fórmula 1 seguían esquivos y la falta de fiabilidad del motor V12 Ferrari le llevó a abandonar la Scudería.
En 1970 pilotó para el joven equipo March-Ford sin resultados. Pero a final de año surgió de nuevo una gran oportunidad: fichar por Matra. Incluso ganó el GP de Argentina (no puntuable) como aperitivo. Luego... nada. Sólo un podio en el GP de Francia en 1972.

Vuelta a empezar desde abajo
Tras la retirada de la marca francesa de la F-1 a final de temporada, Amon fue contratado por el nuevo equipo Tecno, patrocinado por Martini. Pero ni sus dotes para poner a punto los monoplazas sirvió para que fuera competitivo. Hablan de su mala suerte, pero ese mismo año fue invitado a pilotar un tercer Tyrrell-Ford -en su año triunfal- en las dos últimas carreras del año.
Cansado de no poder tomar decisiones importantes, Amon decidió construir su propio monoplaza en 1974: el Amon AF101 con motor Cosworth. Debutó en el GP de España, pero fue un fiasco y terminó la temporada en el equipo BRM.

La oportunidad de Ensing
Su carrera parecía acabada, pero recibió una inesperada oferta del equipo Ensing para 1976. El MN175 resultó más competitivo de lo que parecía, rodando entre los mejores en varias carreras antes de sufrir un grave accidente en Spa, del que salió de nuevo ileso. Pero el terrible accidente de Niki Lauda en Nürburgring le afectó tanto que se negó a tomar de nuevo la salida y el equipo le despidió.
Aún así, volvió de su retiro tanto a la F-1 como a la Can-Am de la mano del millonario Walter Wolf en 1977, antes de dejarlo de forma definitiva. En Nueva Zelanda, su tierra natal, siguió ligado al automovilismo y a la marca Toyota, de la que era embajador.

En su abultado palmarés destacan 96 Grandes Premios, 5 pole-positions, 11 podios y... ninguna victoria. Aunque sí venció ocho GP no puntuables e innumerables carreras de F-2, Fórmula Tasman y Sport-Prototipos (entre ellas las "grandes": 24 Horas de Daytona y 24 Horas de Le Mans). Ostenta el récord de ser el pilotos que más ha cambiado de equipo: nada menos que trece diferentes entre 1963 y 1977.