La historia de Enzo Ferrari está llena de enfrentamientos con sus rivales y con otras marcas. Uno de ellos fue con el magnate de los tractores Ferruccio Lamborghini. A raíz de ésto, Lamborghini creó su propia marca de "supercoches".

La mano de hierro del "Comendattore" Enzo Ferrari llevó a su pequeña marca de coches de competición a la cima de los fabricantes de vehículos deportivos. Durante los años 50 y 60 no sólo hizo crecer una industria basada en la competición y el lujo, sino que se creó una reputación sólida como una roca.
El rechazo a la oferta de Ford y su posterior duelo en Le Mans fue sólo una muestra con eco internacional. Menos popular es su enfrentamiento con el fabricante de tractores Ferruccio Lamborghini, que también quiso hacerse con la marca de Maranello y, al no conseguirlo, decidió fabricar sus propios supercoches.

Revolución en Ferrari
En este caso, Ferrari le dio alas al proporcionarle todo un staff técnico de primera calidad salido de sus propias filas: la "banda de los nueve". Todos ellos despedidos fulminantemente a finales de 1961 por quejarse a Ferrari de las injerencias de su mujer en la empresa... Nombres como Giotto Bizzarrini, Gian-Paolo Dallara o Franco Scaglione pasaron a formar parte de la nueva fábrica de Automóviles Lamborghini, con sede en Sant' Agata Bolognese (Milán). A Ferrari le salió un competidor... hasta la actualidad.
Ferruccio Lamborghini tenía sólo una idea en mente: fabricar mejores automóviles que Ferrari. Le sobraba el dinero y tenía prisa por demostrarlo.

Lamborghini 350 GTV prototipo
En el Salón de Ginebra de 1963 ya se mostró el primer "concept-car" denominado Lamborghini 350 GTV. Una elegante carrocería de Gran Turismo con amplia superficie acristalada y líneas de gran personalidad, dotado de modernos faros retráctiles.
Estaba realizada en aluminio sobre un bastidor multitubular de soporte y, bajo el capó, estaba el motor V12 de Bizzarrini con 3,4 litros y 400 CVde potencia: una auténtica bestia de competición.
El propio Lamborghini creía que era un modelo demasiado radical. Para la versión de producción se dulcificaron muchos aspectos: el motor fue desinflado a 270/280 CV y acoplado a una caja de cambios ZF (más tarde una propia de Lamborghini). Dallara pulió las líneas de la carrocería, dotándolo de faros convencionales. Fue encargada su fabricación en serie a Touring, con su sistema Supperleggera.

Lamborghini 350 GT
Los primeros chasis fueron construidos por Neri & Bonancini (otros "depurados" por Ferrari), continuando la producción el especialista Marchesi. Y el nuevo "350 GT" contaba con suspensiones independientes y cuatro frenos de disco. Su presentación en el Salón de Ginebra de 1964 fue todo un éxito y comenzaron a llover los pedidos. Llegaron a fabricarse 120 unidades.
El Lamborghini 350 GT era un Gran Turismo potente, elegante, exclusivo y confortable. Un verdadero anti-Ferrari. Tanto, que el propio Ferruccio reservó uno para su uso personal.
Era uno de los ejemplares pre-producción que habían quedado como "laboratorio rodante" para nuevas experiencias. Fue dotado de muchas mejoras mecánicas como prueba de cara al segundo modelo de la marca -el 400 GT 2+2- que se lanzaría en 1966.
Estas incluían el motor con cilindrada aumentada a 4 litros, nuevo cambio ZF y un diferencial autoblocante Salisbury, además de un habitáculo retapizado a su gusto personal.

Camino a América
Con el tiempo, el coche fue vendido a un cliente norteamericano, que lo desmontó con idea de mejorarlo con piezas de un Miura... Y así permaneció largos años.
Recientemente fue re-descubierto y enviado de nuevo a Carrozzería Touring para su restauración. Tras dos años de trabajo y una cifra millonaria nunca declarada, el 350 GT personal de Ferruccio Lamborghini ha vuelto a la vida y acaba de ser presentado en todo su esplendor en el Salón Auto/Moto d'Epoca en Pádua, este mismo fin de semana.