Próxima a la frontera española, al otro lado de los Pirineos, la ciudad medieval de Pau organiza cada año -desde los años '30 del pasado siglo- el Grand Prix en su circuito urbano. Ahora, al G.P. original se suma el "Historique" una semana más tarde.

Pau es una ciudad con gran historia, con su castillo de Enrique IV (rey de Navarra y primer Borbón), sus casas medievales y su estatua a su otro hijo distinguido: D'Artangnan. Pero también con su villa-balneario, con sus baños y hoteles del siglo XIX. Y todo, a un "tiro de piedra" de la frontera española.
El circuito urbano, nacido en 1935, ha permanecido inalterado hasta nuestros días con sus 2,8 Km de longitud, partiendo de la avenida paralela al río y ascendiendo hasta el Parc Beaumont, para descender vertiginosamente otra vez. En sus calles enlazadas han competido Fórmula 1, F-3000, F-2 y F-3 (conservando aún la Copa Europa de Fórmula 3), el Campeonato del Mundo de Turismos y muchos Campeonatos de Francia.

Una versión histórica del Grand Prix
En la primera década del 2000 se añadió el "Grand Prix Historique" apenas una semana después de la carrera "moderna", con un cúmulo de categorías clásicas que hacen recordar los vehículos y los sonidos de antaño y que varían de año en año.
Una de las "fijas" ya en el G.P. de Pau es la Iberian Historic Endurance, que incluye en su calendario esta prueba tan especial y deseada por sus pilotos. Este año una cuarentena de coches completaban todas las plazas disponibles de la parrilla para disputar una carrera de una hora de duración, con uno o dos pilotos y parada obligatoria en boxes.

Afición a los monoplazas
Historic Endurance se sumaba a las otras carreras programadas, como la Fórmula 2 Histórica, la Fórmula 3 Classic, la Fórmula Ford Histórica, el Trofeo Maxi-1000 o la Fórmula Renault Clásica. Un conjunto de competiciones muy diverso y, a la vez, muy ligado a Pau y su Grand Prix.
Historic Endurance ofrecía, sin duda, los mejores coches del plantel, con su variedad de Turismos y Gran Turismos anteriores a 1976. En un circuito tan retorcido, los coches más ágiles tenían ventaja sobre los más potentes, de modo que los Lotus Seven y Elan y los Ginetta y Diva -más ligeros- dominaron los entrenamientos y, más tarde, la carrera. Aunque, de hecho, el Porsche 911 de Raoux fue el más rápido, pero no superó la verificación de peso y fue enviado al último puesto de parrilla.

Una carrera agotadora
En carrera, el Ginetta G10 del británico Guess y el Lotus Seven del francés Cazalot disputaron la victoria durante 40 vueltas, hasta que el galo se salió, perdiendo una posición que fue ganada por el Elan del portugués Alburquerque (mejor Pre-65). El primer español en la meta fue Antonio Cubero (Porsche 911 Carrera), quinto absoluto, ganador la Clase hasta 1976.
El pequeño Fiat-Abarth 750 Zagato de Tarrero-Beltrán ganó la clasificación del Índice de Performance (combinación de velocidad y consumo). Los participantes se enfrentaron a un calor poco habitual en esta época del año, agravado con la humedad del río, que hizo aún más agotadora la prueba.
La próxima cita de Historic Endurance se disputará en otro circuito mítico: el belga de Spa-Francorchamps.