No son buenos momentos para los coches grandes, pesados, lujosos… Y contaminantes. Por eso las marcas se esfuerzan en mejorar la eficiencia de todos sus modelos, en especial los SUV de gama alta. Audi ha dado un salto importante con su nuevo Q7, renovado estéticamente a finales del pasado año, y que llega ahora con nuevos motores más eficientes. Con la desaparición de los motores atmosféricos de gasolina, toda la gama Audi Q7 tiene motores turboalimentados con inyección directa. Y salvo el V12 TDI, también llevan de serie sistema de recuperación de energía en las frenadas y el nuevo cambio automático tiptronic de 8 velocidades.

La novedad más importante es la llegada del motor V6 3.0 TFSI, que sustituye a los dos motores atmosféricos de gasolina, el 3.6 FSI y el V8 4.2 FSI de 280 y 350 CV respectivamente. Una vez más, Audi aplica el concepto “downsizing” del que hemos hablado tantas veces. Sí, ya sabes, esa teoría de que gracias a la sobrealimentación se pueden utilizar motores con menos cilindros y menos cilindrada. Una técnica que está proporcionando excelentes resultados en la práctica (sólo hay que ver el magnífico rendimiento de los nuevos motores TFSI de Audi), y que hace que cada vez tenga menos sentido mantener en la oferta un “mastodonte” como el Q7 V12 TDI de 500 CV (el único de la nueva gama que no cambia), relegado a jugar el papel de escaparate tecnológico.
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Desaparecen los motores FSI, llegan los TFSI
Para sustituir a estos dos motores atmosféricos de gasolina, del V6 3.0 TFSI habrá dos versiones. La primera ofrece 272 CV y 400 Nm de par máximo, lo que permite una aceleración de 0 a 100 km/h de 7,9 segundos, y una velocidad máxima de 222 km/h. La segunda, con 333 CV y 440 Nm, permite al Q7 bajar de los 7 segundos en la aceleración corta, parando el crono en 6,9 segundos, con una velocidad máxima de 243 km/h. El consumo medio homologado es idéntico en ambos, 10,7 l/100 km, lo que supone una rebaja de entre 1,5 y 2 litros comparado con los motores anteriores.

El motor V6 3.0 TDI, el motor que acapara el mayor número de ventas, tiene tantos cambios que casi se podría hablar de un motor completamente nuevo. En su construcción se ahorran 20 kg, lleva nueva distribución, inyección a 2.000 bares de presión, nuevo turbocompresor y un sistema de refrigeración independiente para el bloque y la culata. Este último permite que no circule agua en el bloque durante los primeros instantes tras el arranque en frío, para conseguir que el motor alcance antes su temperatura óptima de funcionamiento, reduciendo el consumo de combustible. También lleva sistema start-stop de serie. La potencia es la misma que en el anterior V6 3.0 TDI, 240 CV, con un par máximo de 550 Nm. Con una velocidad máxima de 215 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos, las prestaciones mejoran ligeramente, y el consumo medio se reduce en casi 2 litros, quedando en 7,4 l/100 km.
Audi Q7 TDI ‘Clean Diesel’: no interesa

De este motor V6 3.0 TDI se ofrecie una versión “Clean Diesel” con un sistema específico de depuración de los gases de escape que permite al Q7 V6 3.0 TDI superar la normativa EU6 que entrará en vigor en 2014. La potencia se mantiene y las prestaciones son prácticamente equivalentes (sólo pierde 2 décimas en la aceleración de 0 a 100 km/h), pero el precio a pagar por ser más limpios sale caro: 2.000 euros más a igualdad de equipamiento, y un consumo de combustible nada menos que un litro superior. La ecuación ecológica queda sin resolver del todo, pues con este Q7 V6 3.0 TDI “Clean Diesel” se reducen las emisiones de óxidos de nitrógeno hasta los niveles actualmente exigidos según la normativa vigente en el estado de California; sin embargo, al consumir más combustible que la versión V6 3.0 TDI convencional, también emite mas CO2. ¿Resultado? Pues que esta versión “Clean Diesel” no tiene ningún sentido en nuestro mercado, salvo que quieras presumir de tener “el diesel más limpio del mundo”.

Por último, el motor V8 TDI de 4.2 litros también mejora sus cifras gracias a la nueva inyección a 2.000 bares de presión. La potencia se mantiene en 340 CV, pero el par máximo sube hasta 800 Nm, disponibles desde 1.750 Nm. Una auténtica locomotora capaz de alcanzar los 242 km/h, y acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos. El consumo medio de esta versión, gracias al sistema de recuperación de energía y a la caja de cambios de 8 velocidades (a diferencia del V6 3.0 TDI, no tiene start-stop) baja desde los 9,9 hasta los 9,2 l/100 km.
Con la llegada de los nuevos motores, Audi también actualiza el equipamiento y los precios de toda la gama. Según Audi, estos ajustes de equipamiento suponen ahorros para el cliente de hasta un 30 por ciento si se montaran esos elementos de forma opcional. Los precios arrancan en los 57.650 euros para el 3.0 TDI 240 CV, 61.850 euros para e 3.0 TFSI 272 CV, 73.480 euros para el 3.0 TFSI de 333 CV, y 87.670 euros para el 4.2 TDI. El Q7 V12 TDI cuesta 152.430 euros.