El borrador presentado por la DGT al Congreso de los Diputados con las modificaciones propuestas al código de circulación recoge entre éstas la subida del límite de velocidad a 130 km/h en algunos tramos de autopista y bajo determinadas condiciones favorables de climatología o densidad de tráfico. En concreto la DGT aconseja la subida del límite de velocidad de 120 a 130 km/h para los vehículos turismo y motocicletas en los tramos de autopista con una siniestralidad históricamente baja, exclusivamente cuando las condiciones de visibilidad y climatológicas sean favorables.
El debate sobre el actual límite de velocidad viene de muy lejos. Desde hace años hay asociaciones que piden un aumento de la velocidad máxima, normalmente a 140 km/h. El mismo Partido Popular se mostró favorable a estudiar un posible aumento del límite a 140 km/h en noviembre pasado. Los clubes de automovilistas y asociaciones de conductores también están de acuerdo en general de proponer una subida de los límites en algunas autopistas. Pero los partidos políticos y las asociaciones tienen enfrente el peso de las plataformas de víctimas en la carretera que relacionan la velocidad con los accidentes.
En Auto10.com opinamos que sería bueno implantar los límites de velocidad variables en los tramos de autopista y autovía lejos de las ciudades. De esta forma, se pueden adecuar los límites a las condiciones de la vía en cada momento, tanto por densidad de tráfico como por climatología, incluyendo el aumento de velocidad máxima respecto del actual cuando fuera posible y seguro. Asimismo, habría que reducir el límite cuando las condiciones son adversas, con lluvia intensa, niebla o temperaturas bajo cero que creen hielo, por ejemplo. Un patrón a seguir es el de Francia donde el límite de velocidad en las "autoroute" es de 130 km/h, menos cuando llueve o hay algún tipo de precipitación, que baja a 110 km/h. El principal problema que juega en contra de los límites de velocidad variables es la obligación de tener observadores constantemente comprobando las condiciones de densidad del tráfico -con sensores sobre el pavimento bastaría- y de la climatología.
