Sí, lo lees bien. Ford ha logrado que su Transit pueda moverse con un combustible hecho a partir de aceite de cocina que logra reducir las emisiones de efecto invernadero respecto a un diésel en un 90%.

Coches eléctricos, gasificados, de hidrógeno,… las posibilidades para circular de forma ecológica son cada vez mayores, aunque Ford ha dado un paso más utilizando aceite de cocina reciclado para conseguir que su Transit pueda moverse. Una materia prima presente en todas las casas o restaurantes.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR...
Los coches eléctricos que llegarán en 2020
Ford Transit Custom Big Nugget, un nuevo vehículo camperizado
Un combustible que ayudará a mejorar la calidad del aire. Bajo el nombre de Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO), se trata de un combustible para motores diésel renovable que emite menos NOx que un coche convencional. Además, no cuenta con partículas presentes en los combustibles fósiles, como azufre u oxígeno. Esto permitiría reducir los gases de efecto invernadero respecto al diésel de toda la vida en un 90%.

Cifras sin duda mareantes que podrían cambiar la industria, ya que este aceite pasaría de ser un residuo a convertirse en una fuente de alimentación óptima para vehículos. De hecho, hay empresas comerciales en Europa que ya se dedican a recolectar de distintos establecimientos este aceite de cocina, un acto fomentado además por la Unión Europea a través de RecOil.
Los beneficios del Aceite Vegetal Hidrotratado no son solo para el medioambiente, también para el motor. Esta materia prima, al contar con grasas animales y aceite de pescado, permite que el motor arranque mejor en bajas temperaturas. Además, se puede mezclar a la perfección con diésel convencional, por lo que se pueden combinar ambos combustibles sin problemas dentro del mismo depósito. Así que en caso de no encontrar estaciones de servicio con Aceite Vegetal Hidrotratado, no supone ningún problema.

¿Comenzaremos a ver estaciones de servicio con este combustible? Según informa Ford, en Escandinavia y países bálticos es bastante común, por lo que quizá no tarde demasiados años en venir a España. Lo único cierto es que es una solución real y para nada se trata de un invento en fase experimental.