Mikko Hirvonen, subcampeón del mundo de rallyes, y Carlos Sastre, ganador del Tour de Francia 2008, intercambiaron las “monturas” por un día en el circuito madrileño del Jarama.
La jornada comenzó con Hirvonen al volante del Ford Focus RS y con Sastre de copiloto; después, intercambiaron puestos.
La experiencia para ambos fue muy divertida: el subcampeón de rallyes le enseñó a Sastre cómo sacar el máximo partido a un coche de 305 caballos en un circuito y Sastre ayudó a Mikko a que no le diera “la pájara” en mitad de la rampa Pegaso. Los dos deportistas, ataviados con casco y maillot dieron una vuelta completa al circuito y superaron la prueba sin problemas.
Es lo que tiene ser deportista de élite. Se les da bien todo… O no. ¿Pensáis que un deportista de alto nivel es bueno (o da la talla) en cualquier especialidad?