Básicamente se trata de un coche autónomo capaz de circular sin incidentes sobre hielo y nieve. Por el momento, el primero en probarlos ha sido Ford.

Ford se plantea con sus coches autónomos todo tipo de pruebas con el objetivo de hacer de su tecnología una realidad y llegar a millones de personas en todo el mundo. Y es que un coche autónomo no sólo debe ser capaz de circular en lugares con condiciones climatológicas normales. Un coche autónomo también debe ser capaz de circular sin incidentes cuando llueva, o cuando caiga una fuerte nevada en invierno.
En muchos lugares del mundo, como EEUU los inviernos son duros. Por eso, Ford acaba de desvelar las seis claves de su tecnología para que sus coches autónomos sean también autoníveos.

Las tecnologías de los coches autónomos de Ford para el invierno
1. Mapas 3D: Ford es pionero en la creación de mapas 3D de alta resolución utilizando tecnología LiDAR para escanear el área que recorrerá después su vehículo autónomo en la nieve. Al recorrer la ruta de pruebas en temperaturas favorables, el vehículo crea modelos digitales de la carretera y de las infraestructuras circundantes utilizando scanners LiDAR, capaces de generar 2.8 millones de puntos láser en un segundo. El mapa resultado sirve como base que se utiliza para identificar la posición del coche cuando conduce en modo autónomo. Utilizando los sensores para escanear el entorno en tiempo real, el coche puede ubicarse en la zona mapeada más tarde, cuando la carretera está cubierta de nieve.

2. Transferencia de datos: los vehículos autónomos de Ford recopilan y procesan un conjunto diverso de datos sobre la carretera y los elementos circundantes: señales, edificios, árboles y otras características. Así, cada coche recopila hasta 600 gigabytes de información por hora, que utiliza para crear un mapa 3D de alta resolución de la zona. En los Estados Unidos, el usuario medio de un plan de datos de telefonía móvil utiliza cerca de 21.6 gigabytes al año o, lo que es lo mismo, 216 gigabytes en 10 años.

3. Sensores superinteligentes: Ford utiliza sensores LiDAR que son tan potentes que incluso pueden identificar copos de nieve y gotas de lluvia. En colaboración con investigadores de la Universidad de Michigan, Ford creó un algoritmo que identifica la nieve y la lluvia, filtrándolas del sistema de visión del coche para que pueda seguir su recorrido y no sean identificadas como obstáculos.
4. Más precisos que el GPS: Allá donde el GPS actual tiene una precisión de poco más de 10 metros, el funcionamiento de vehículos autónomos posee una precisión de centímetros gracias a los mapas 3D y a los sensores del coche.

5. No hacen falta gafas: Además de los mencionados sensores LiDAR, Ford emplea cámaras y radares para monitorizar el entorno del vehículo a sus 360 grados, con los datos generados a partir de todos esos sensores combinados en un proceso conocido como fusión de sensores. Esta fusión implica que si hay un sensor inactivo, quizás por culpa del hielo, la nieve o la suciedad acumulada, no se entorpezca necesariamente la conducción autónoma. Aun así, los vehículos autónomos monitorizan los radares y las cámaras para identificar el origen del deterioro del rendimiento del sensor. En el futuro, los coches podrían ser capaces de deshacerse ellos mismos del hielo o la suciedad acumulados a través de sistemas automáticos de limpieza o antiniebla.
6. Pruebas exhaustivas: El astrofísico Wayne Williams,ha sido la primera persona en subirse a un coche de pruebas de conducción autónoma en la nieve. Previamente, trabajaba en tecnologías de sensores remotos para el gobierno de los Estados Unidos.
Por el momento, Ford ha sido el primer fabricante de automóviles en realizar pruebas públicas de funcionamiento de vehículo autónomo en nieve. Concretamente, las pruebas se han realizado en Michigan, en el entorno de la Universidad. Poco a poco, todas las marcas avanzan hacia este tipo de transporte, pero por el momento parece que queda mucho camino por recorrer.