Veamos como prolongar la vida útil de los frenos de tu coche y procurar una conducción más segura y tranquila.

En la relación con el coche, el conductor siempre tiene la “última palabra” y, como en otros artículos de Auto10 en el que hemos hablado de la agresividad a la hora de conducir o la relación de la agresividad con el consumo de combustible o el deterioro de nuestro coche, nuestro estilo de conducción determinará el desgaste de nuestro vehículo. Abusar del freno acelera el desgaste de pastillas y discos de freno. Pero no es frenar mucho, es frenar mal. Por ejemplo: haciendo una frenada muy larga y suave. Pero, por contra, las frenadas bruscas provocan incomodidad y, por supuesto, aumentan el consumo, porque hay que recuperar la velocidad. De nuevo, en el punto medio está la virtud.
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Los frenos son una parte fundamental de la seguridad de cualquier vehículo, pero su desgaste prematuro puede convertirse en un dolor de cabeza para cualquier conductor. Afortunadamente, existen algunas prácticas simples que pueden ayudarte a prolongar la vida útil de tus frenos y evitar costosas reparaciones.
Revisión periódica de los frenos
Para evitar sorpresas desagradables, es importante realizar revisiones periódicas de los frenos. Esto incluye verificar el grosor de las pastillas de freno y el estado de los discos. Si observas algún desgaste anormal o escuchas ruidos extraños al frenar, es recomendable acudir a un taller mecánico para una inspección más detallada.

Conducción suave y anticipada
Una conducción suave y anticipada puede contribuir significativamente a reducir el desgaste de los frenos. Evita frenadas bruscas y mantén una distancia adecuada con el vehículo que te precede para poder frenar gradualmente, o incluso evitar frenar, en lugar de hacerlo de forma repentina.
Utilización del freno motor
Aprovechar el freno motor en lugar de frenar constantemente puede ayudar a reducir la carga sobre los frenos. Al reducir la velocidad de forma gradual utilizando las marchas adecuadas, se minimiza el desgaste de los componentes de frenado. Pero, ojo, “antes de reducir, se frena”. Adecuamos la velocidad con los frenos y mantenemos la marcha baja con el motor.

Evitar frenadas prolongadas y suaves
Aunque frenar de manera suave puede parecer una opción segura, las frenadas prolongadas y suaves pueden aumentar la temperatura de los frenos y provocar un sobrecalentamiento de las pastillas y discos y llegar al fadding. Es preferible alternar entre frenadas suaves y liberar el pedal del freno para permitir que se enfríen los componentes. Hay que frenar con suavidad, pero con firmeza.
Evitar sobrecargar el vehículo
El exceso de peso puede aumentar la carga sobre los frenos y acelerar su desgaste. Por lo tanto, es importante evitar sobrecargar el vehículo y respetar la capacidad de carga máxima recomendada por el fabricante y circular a muy baja velocidad.

Mantenimiento del sistema de frenos
Además de las revisiones periódicas, es fundamental mantener el sistema de frenos en óptimas condiciones. Esto incluye la limpieza regular de las pinzas de freno, la lubricación de los componentes móviles y el cambio del líquido de frenos según las recomendaciones del fabricante.
Consecuencias de olvidar quitar el freno de mano
Olvidar quitar el freno de mano antes de comenzar a conducir puede tener consecuencias graves. Además de aumentar el desgaste prematuro de los frenos debido a la fricción constante, también puede generar un sobrecalentamiento del sistema de frenado. Esto puede provocar una pérdida de eficacia en la frenada, ya que el exceso de temperatura puede dañar los componentes del sistema de frenos, y antes si lleva tambores.
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