En el apasionante universo de la ingeniería automovilística, la frenada es una pieza clave que garantiza la seguridad y el rendimiento en la carretera.

¿Qué sucede cuando el calor extremo desafía la habilidad de los frenos y pone en riesgo la seguridad del conductor? Acompáñanos en un viaje técnico para descubrir los secretos detrás de la ebullición del líquido de frenos y cómo este fenómeno puede afectar gravemente el rendimiento de tu vehículo.
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Exploramos las causas, consecuencias y, lo más importante, cómo prevenirlo para mantener tu conducción segura.
1. Conducción a alta velocidad
Si eres un apasionado de la conducción deportiva y llevas tu vehículo al límite, es probable que hayas experimentado el desvanecimiento de frenos. Cuando conduce a altas velocidades, genera una cantidad considerable de calor al frenar repetidamente. Por ejemplo, cuando tu vehículo alcanza los 100 km/hy tienes que detenerte en una emergencia, los frenos pueden generar temperaturas de hasta 500°C. Esto podría hacer que el líquido de frenos alcance su punto de ebullición, creando burbujas de aire en el sistema hidráulico y reduciendo la eficacia del frenado.

2. Frenado prolongado en descensos
Otra situación que puede llevar al fading es el frenado prolongado en descensos pronunciados. Aunque no estés conduciendo a altas velocidades, si mantienes el pie en el freno durante mucho tiempo mientras desciendes por una montaña o colina empinada, genera una cantidad considerable de calor en los frenos. Esto puede calentar el líquido de frenos y provocar el mismo efecto de reducción en la eficacia del frenado.
3. Frenos mal mantenidos
Un sistema de frenado desgastado o en mal estado puede aumentar la probabilidad de desvanecimiento. Por ejemplo, si las pastillas de freno están demasiado delgadas o los discos están gastados, la capacidad de disipación de calor se reduce, lo que conduce al sobrecalentamiento. Por cada milímetro que disminuye el grosor de las pastillas debido al desgaste, la capacidad de disipación de calor se reduce en un 25%.
4. Líquido de frenos contaminado
El líquido de frenos debe mantenerse limpio y puro. Si no se cambia regularmente y se acumulan impurezas o humedad, la temperatura de ebullición del líquido entra en decoloración. Un líquido de frenos nuevo y en buen estado tiene un punto de ebullición seco (sin humedad) alrededor de 230°C. Sin embargo, si el líquido se ha vuelto contaminado, esta temperatura baja y ocurre antes.

Para prevenir el “fading” de frenos, es esencial realizar un mantenimiento regular del sistema de frenado, incluyendo el cambio programado del líquido de frenos y la inspección de pastillas y discos. Además, evite frenar de manera prolongada en descensos pronunciados y tenga precaución al conducir a altas velocidades, especialmente si anticipa la necesidad de frenar con frecuencia.
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