Los vehículos equipados con sistemas de inteligencia artificial (IA) toman diversas decisiones en tiempo real para mejorar la seguridad y la eficiencia durante la conducción.

Navegación, asistencia a la conducción, velocidad y muchas más que vamos a ver en este nuevo artículo de Auto10. El coche puede frenar por sí solo, puede elegir una plaza de aparcamiento y realizar la maniobra, puede aumentar o reducir la velocidad… Estas decisiones son posibles gracias a la combinación de sensores avanzados, cámaras, radares y sistemas de procesamiento de datos en tiempo real.
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Sin duda, las decisiones autónomas que toman los vehículos, facilitadas por la amalgama de tecnologías, se fundamentan en un conjunto diverso de dispositivos avanzados. Los sensores, entre los que se incluyen LiDAR y ultrasonido, permiten al vehículo percibir el entorno con una precisión detallada, identificando obstáculos, otros vehículos, peatones y señales de tráfico. Las cámaras capturan información visual, interpretando señales viales, reconocimiento de objetos y la detección de cambios en el entorno.
Además, los radares desempeñan un papel clave al evaluar la distancia y velocidad de los objetos circundantes, proporcionando datos cruciales para la toma de decisiones relacionadas con la seguridad. Estos datos se integran y procesan en tiempo real mediante sistemas avanzados de procesamiento, que utilizan algoritmos y modelos de aprendizaje automático para interpretar la información y tomar decisiones informadas.
1. Navegación autónoma
Identificación y seguimiento de carriles: Los vehículos utilizan cámaras y sensores para reconocer los carriles en la carretera, manteniéndose en el centro de manera precisa.
Toma de decisiones en intersecciones y cruces: La IA evalúa el entorno, identifica señales de tráfico y decide la mejor ruta en intersecciones, considerando la seguridad y eficiencia.
Adopción de rutas alternativas: En caso de obstáculos o congestión, el vehículo puede cambiar la ruta automáticamente, optimizando el tiempo de viaje.

2. Sistemas de asistencia a la conducción
Detección y respuesta a situaciones de emergencia: Los sensores monitorean constantemente el entorno para identificar posibles peligros, y la IA puede activar frenos o alertas en milisegundos.
Asistencia en el mantenimiento de carril: la IA ajusta la dirección para mantener el vehículo dentro del carril, reduciendo el riesgo de desviarse involuntariamente.
Frenado automático: ante un peligro inminente, el sistema puede aplicar frenos automáticamente para evitar colisiones.
3. Gestión de la velocidad
Ajuste dinámico de la velocidad: basándose en datos en tiempo real, como la densidad del tráfico y las condiciones de la carretera, la IA adapta la velocidad para garantizar una conducción segura y eficiente.
Adaptación a límites de velocidad: reconociendo señales de tráfico, la IA ajusta la velocidad del vehículo de acuerdo con los límites establecidos.
4. Estacionamiento automático
Identificación y evaluación de espacios de estacionamiento: utilizando sensores, la IA escanea el entorno para encontrar espacios de estacionamiento y evaluar su tamaño y accesibilidad.
Maniobras de estacionamiento automáticas: la IA controla la dirección y la velocidad durante el estacionamiento, garantizando una entrada y salida suaves.
5. Interacción con señales y semáforos
Reconocimiento y respeto de señales de tráfico: la IA utiliza tecnología de reconocimiento de imágenes para identificar señales de tráfico y ajustar el comportamiento del vehículo en consecuencia.
Coordinación de velocidad en intersecciones: analizando la sincronización de semáforos, la IA puede ajustar la velocidad para evitar paradas innecesarias.

6. Sistemas de alerta y prevención de colisiones
Alertas y correcciones automáticas: los sensores detectan objetos cercanos y la IA emite alertas al conductor o toma medidas correctivas, como frenado automático o cambio de dirección.
Evaluación de la necesidad de frenado o aceleración: en situaciones de tráfico intenso, la IA evalúa constantemente la distancia con otros vehículos y ajusta la velocidad para prevenir colisiones.
7. Adaptación a condiciones climáticas
Ajuste de la conducción: la IA modifica la respuesta del vehículo ante condiciones climáticas adversas, como reducir la velocidad en caso de lluvia intensa o mejorar la tracción en superficies resbaladizas.
Modificación de tracción y respuesta del vehículo: en tiempo real, la IA adapta la tracción y la respuesta del vehículo para garantizar un manejo seguro y eficiente en diferentes condiciones climáticas.
A pesar de estos avances tecnológicos, es esencial recalcar la importancia de nuestra supervisión humana en la conducción autónoma. En situaciones excepcionales o inesperadas, donde la interpretación contextual y la toma de decisiones complejas son fundamentales, la intervención humana sigue siendo crucial. La capacidad humana para comprender matices, adaptarse a circunstancias imprevistas y aplicar juicio ético agrega un componente esencial que aún no ha sido completamente replicado por la inteligencia artificial.
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