Nos han llegado varias preguntas sobre el impacto de la Fórmula 1 en el ambiente y la relación entre la competición y la ecología. Esta es una contestación que aúna todas estas preguntas.
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En marzo de este año arrancaba la F-1 con algunos cambios que la querían mostrar como una disciplina más respetuosa con el medio. Los excesos del Circo pasaban ahora por diseños más uniformes, neumáticos lisos y el KERS, uno de los protagonistas indiscutibles de esta temporada.
El Kinetic Energy Recovey System o sistema de recuperación de energía cinética transforma la energía desprendida por los monoplazas en las frenadas y la convierte en energía eléctrica para que el piloto decida en qué momento quiere utilizarla (adelantamientos, salida de curvas…) apretando un botón y haciendo uso de ese “extra” de energía, unos 80 caballos más. Al mismo tiempo, con este invento se reduce el consumo y las emisiones.

A estas alturas de temporada sólo dos escuderías lo están usando: Ferrari y McLaren y, según ha declarado la FOTA (asociación de equipos de F-1) el año que viene desaparece del mapa. ¿Por qué? Supone una inversión altísima para los equipos (entre 30 y 50 millones de euros) y no le ven claras ventajas
Actualización: aquí os dejamos una entrevista a Isaac Prada, diseñador del KERS:
Históricamente la F1 ha sido un escaparate de la tecnología de vanguardia, de sistemas que consiguen la máxima eficiencia, pero siempre aplicada a conseguir las mejores prestaciones.
La F1 ha sido pionera en la utilización de masiva de la aerodinámica, el desarrollo del turbocompresor (a cargo de Renault, que presentó su F1 turbo en 1977), de los cambios secuenciales, de materiales ligeros y un larguísimo etc.
La F1 ha permitido a los ingenieros explorar soluciones tecnológicas al límite de sus posibilidades lo que, finalmente, hace que muchos de esos avances lleguen a la serie.
Quizás el ejemplo más claro de ecología en la F1, es la limitación del consumo y del tamaño del depósito de combustible. Un motorista de F1 (un tío que hace motores, ¡no que va en moto!) se esfuerza en sacar el máximo rendimiento de cada gota de gasolina, lo que sirve para construir motores muy potentes… O mucho menos potentes, pero muy económicos.
Pero también la aerodinámica, los cambios secuenciales, los coches más ligeros, etc, sirven para que los automóviles de cada día sean un poco más eficientes.
Híbridos de competición
Gran parte de los híbridos de competición están en fase de desarrollo pero hay marcas como Honda y Toyota que van un paso por delante. Honda está desarrollando con Lotus un Civic Ima que ya ha debutado en diversos rallyes del reino Unido. Por su parte Toyota presentó un Prius (que no comercializó) con 22 CV más en la parte gasolina y 50 más en la eléctrica.
Fórmula Zero
La Fórmula Zero es una competición que se organiza a nivel mundial en la que participan vehículos de cero emisiones alimentados por pila de combustible de universidades de todo el mundo. En la última prueba realizada, el equipo español de la Escuela Universitaria de la Almunia de Doña Godina cruzó la meta en segundo lugar.
Carreras de resistencia
En las carreras de resistencia, hacer el mayor número de vueltas utilizando el menor combustible es prioritario. En ellas, realizar una conducción eficiente es complicado, pero para ahorrar combustible se regulan alerones, que pueden adaptarse para mejorar la penetración aerodinámica y se emplean desarrollos de cambio más largos que ayudan a reducir las paradas en boxes para repostar.
Nota: Nos pedís dónde encontrar información sobre medio ambiente y F-1. Casi todas las revistas especializadas del motor, especialmente AUTOPISTA y AUTOBILD, dedicaron muchas páginas a la construcción del circuito de valencia que se inauguró en agosto de 2008. En estos reportajes hay explicaciones sobre el proceso de construcción y sus problemas medioambientales. Si buscáis en las hemerotecas o en Internet KERS encontraréis mucha información. En youtube hay multitud de videos al respecto.
Foto principal por Brooks Elliott.