Viajar en verano es algo fantástico, pero el calor puede traer ciertos problemas, como los golpes de calor, que pueden producir accidentes de tráfico, despistes e incluso, graves consecuencias para los niños y bebés.

Los golpes de calor son verdaderamente peligrosos en el coche, ya que su sintomatología hace que puedas sufrir un accidente. Además, si este afecta a un menor de edad, las consecuencias pueden ser graves e incluso fatales, dado que estos no están tan bien protegidos ante este “fenómeno” como un adulto.
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Lo primero que debes saber es qué síntomas sufres cuando te da un golpe de calor. Este se produce cuando el cuerpo es incapaz de controlar su propia temperatura, disparándola. Ahí, el pulso se acelera, la cabeza empieza a doler, la boca se seca y la confusión crece, hasta el punto, incluso, de poder perder la conciencia.

¿Cómo evitarlo? Conduciendo en horarios en los que el calor y el sol no sean tan fuertes. Aunque si no tienes otro momento, debes tomar ciertas precauciones para limitar al máximo la posibilidad de sufrir un golpe de calor: utiliza el climatizador, bebe mucha agua, lleva ropa ligera y no comas de manera copiosa. Y, por supuesto, si bajas del coche a echar gasolina, no dejes a nadie dentro del vehículo.
Si pese a todo esto notas que te está dando un golpe de calor, conduce hasta la zona segura más cercana para beber agua y mojarte bien la cabeza, brazos y piernas, de modo que tu temperatura corporal pueda bajar. Si los síntomas permanecen, llama a emergencias.
Los bebés, los más expuestos a un golpe de calor

Si hemos visto muchos casos de golpes de calor en adultos, imagina tener la vulnerabilidad de un niño. Para ello, si tus cristales no están tintados, utiliza las clásicas cortinas para que el sol no tenga tanta incidencia. Por supuesto, vístele con ropa cómoda, Por supuesto, hidrata a tu pequeño bien y haz paradas de manera frecuente.