No, no es la primera vez que hablamos de neumáticos y de seguridad. Ni será la última, te lo aseguro. Todo lo que digamos es poco para concienciar a los usuarios de la importancia del único elemento de nuestro vehículo que contacta con la carretera.
Y más cuando las cifras no dejan de alarmarnos. Siendo las presiones inadecuadas y un excesivo desgaste los factores principales que intervienen negativamente en las funciones para las que un neumático está diseñado, es sorprendente que más de un 15 por ciento de los coches que circulan por nuestras carreteras lo hagan con al menos una rueda que presenta una profundidad del dibujo menor a los 1,6 mm que marca la ley, sobre todo ahora, en época de lluvias.
La crisis no vale como excusa para alargar el cambio de neumáticos. Pero aquí no acaba la cosa. Al menos de momento, en la mayoría de las estaciones de servicio el aire sigue siendo gratis. Pues ni por esas, también llega al 15 por ciento el número de coches que circulan con presiones inadecuadas (datos de estudios realizados por Michelin). Si añadimos los coches con neumáticos que presentaban desgastes irregulares, envejecimiento o cualquier anomalía que afecte a su rendimiento, el panorama es desolador.
Durante el evento, tuvimos la oportunidad de rodar en el Circuito del Jarama con los algunos de los campeones de España de Rallyes en auténticos superdeportivos.
En Michelin, muy activos en este tema (tienen una página en Facebook en España destinada a la seguridad, viaja seguro con Michelin), ya han realizado distintas campañas de revisión de neumáticos para concienciar a los usuarios de la influencia del estado de los mismos en los accidentes de tráfico y en la seguridad. Y recientemente nos lo recordaban y nos lo mostraban de nuevo en un bonito evento celebrado en el madrileño Circuito del Jarama, en Madrid.
Para la ocasión contamos con unos invitados de excepción. Nada menos que con los campeones de España de Rallyes de los últimos 25 años. Con algunos de ellos pudimos dar unas vueltas al trazado madrileño desde el asiento de la derecha en deportivos que, afortunadamente, ya conocíamos desde el lado del conductor, como el Porsche 911, el Jaguar XKR-S o el BMW M-5, por ejemplo. A alguno incluso le vino bien mi ayuda a la hora de desconectar el control de estabilidad…
EL Jaguar XKR-S fue el más solicitado –y el más divertido– para conducir en circuito.
Pero para experimentar en vivo las consecuencias de llevar un neumático con presión baja o desgastado Michelin había preparado dos test tan sencillos como ilustrativos. En primer lugar, una curva tomada a 60 km/h, comparando un vehículo con las cuatro ruedas en buen estado y otro con los neumáticos traseros desgastados. Con el ESP desconectado, es increíble lo fácilmente que se sale de la trazada provocando una pérdida de control del eje trasero el coche con las ruedas traseras desgastadas, sobre todo en cuanto hay algo de agua en el asfalto.
En la segunda prueba, una frenada con suelo mojado, en este caso comparando dos coches con ruedas nuevas o ruedas desgastadas en el eje delantero, y contando con todas las ayudas electrónicas activas, las diferencias son abismales: casi 5 metros es una barbaridad, simulando una frenada de emergencia a 90 km/h, y puede suponer la diferencia entre salir airosos o atropellar a alguien.
El mensaje es claro: con la seguridad no se juega. ¿A que no te gustaría compartir la carretera con alguien que lleva un coche potencialmente peligroso? Pues un coche con las ruedas desgastadas o con presiones incorrectas lo es. Así que ya sabes, a aplicarse el cuento. Y para ello, aquí tienes unos cuantos consejos.
POR TU SEGURIDAD: TUS NEUMÁTICOS SIEMPRE A PUNTO
- Revisa las presiones 1 vez al mes, incluyendo la rueda de repuesto
- Ojo con la presión, hay que variarla en función de la carga
- No apures más allá del límite legal de la profundidad del dibujo (1,6 mm)
- Una inspección visual puede revelar grietas o daños que podrían ser peligrosos
- Mucho ojo con los bordillos, las alcantarillas, los baches… que no pellizquen la goma
- Unas presiones inadecuadas, además de peligrosas, salen caras para el bolsillo: los neumáticos duran menos, y el coche gasta más combustible.
