Tras varias intentonas de marcas como Saab o el Grupo PSA, parece que por fin veremos un motor de gasolina con relación de compresión variable. Y será Infiniti la primera que lo ponga en el mercado, tras desvelarlo al público en el próximo Salón de París.
El objetivo, una vez más, aprovechar la tecnología para explotar al máximo el concepto “downsizing” que permite utilizar motores cada vez más pequeños. En el caso de Infiniti, su nuevo motor VC-T (siglas de Variable Compression Turbocharged) con cuatro cilindros y 2 litros, que podría llegar al mercado en un coche de producción en 2018, se movería en términos de rendimiento en las cifras del actual motor V6 atmosférico de 3,5 litros… pero con consumos de híbrido o de diésel, y reduciendo también el nivel sonoro y las vibraciones.
Infiniti asegura que ha dedicado 20 años al desarrollo de esta tecnología, que en el nuevo motor VC-T contaría con inyección directa y sobrealimentación mediante un turbocompresor. No hay más detalles, salvo lo más importante: la posibilidad de variar la relación de compresión entre 8:1 y 14:1 de forma completamente automática, en función de las condiciones de conducción en cada momento (carga, aceleración, etc), siempre buscando la más óptima para que la combustión sea lo más eficiente posible.
Para ello, lo que hace Infiniti con la tecnología VC-T es modificar el volumen de la cámara de combustión gracias a un mecanismo articulado que para relaciones de compresión bajas limita la altura máxima que alcanza el pistón en su recorrido, respecto a la que puede alcanzar cuando se necesitan relaciones de compresión más elevadas. Esperaremos impacientes a conocer sus cifras y, sobre todo, a poder probarlo en un coche de calle.
