Más presencia y atractivo visual, pero también mayor peso, consumo y coste de neumáticos. Te contamos las ventajas e inconvenientes de optar por diámetros mayores

Si estás buscando tu próximo coche, habrás notado que el tamaño de las llantas puede influir en su precio y cambiar por completo su aspecto. Pero no se trata solo de estética: también afectan a la conducción, el consumo y el coste de mantenimiento. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber.
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La mayor desventaja: el precio de los neumáticos
Conviene tenerlo en cuenta: las llantas de gran tamaño suelen montar neumáticos más caros. Por lo general, se trata de medidas deportivas, con flancos más estrechos y mayor anchura que las opciones de menor diámetro. La diferencia puede ser mínima -unos 20 euros por rueda-, aunque en casos extremos el sobrecoste puede llegar a duplicarse.

Atento, no siempre es así. El anterior Renault Scenic -el último con motor de combustión- equipaba de serie llantas de 20 pulgadas en todos los acabados. Sin embargo, montaba neumáticos de medidas de 195/55/20: un ancho reducido para un diámetro tan grande. A pesar de lo llamativo de la medida, su sustitución tiene un precio similar al de sus rivales: desde 100 euros por unidad.
El peso de la llanta y su impacto

El tamaño de la llanta no solo influye en la estética, también en el peso del conjunto rueda-neumático. Una llanta más grande suele ser más pesada, lo que puede aumentar la masa no suspendida y afectar, aunque sea de forma ligera, a la aceleración, el consumo y el confort. En vehículos eléctricos, este factor cobra aún más importancia, ya que un mayor peso puede reducir la autonomía.
El consumo del vehículo
El diámetro y el peso de las llantas también influyen directamente en el consumo. Un mayor tamaño suele implicar neumáticos más anchos, lo que aumenta la superficie de contacto con el asfalto y, por tanto, la resistencia a la rodadura. Esto puede traducirse en un consumo de combustible ligeramente superior en los motores de combustión y en una reducción de autonomía en los eléctricos.

Además, el incremento de peso exige más energía para mover el vehículo, sobre todo en aceleraciones y subidas. Aunque la diferencia no siempre es significativa en conducción tranquila, puede hacerse más evidente en trayectos urbanos o en modelos con motores menos potentes.
Estéticamente: un “plus”
Tradicionalmente, los vehículos de lujo y gama alta han montado llantas de gran diámetro: más llamativas, exclusivas… y también más caras. Sin embargo, esta tendencia ya no es exclusiva. Hoy en día, fabricantes generalistas como Citroën, Opel o Ford equipan de serie llantas que superan las 19 pulgadas, un tamaño que hasta hace pocos años se reservaba a gamas superiores.

Frecuentemente son los SUV -sobre todo los eléctricos- los que montan este tipo de ruedas y llantas más grandes. Hay varias razones que impulsan a las marcas a rematar la estética de sus vehículos con estas llantas:
- Mantener las proporciones: las carrocerías SUV son más altas y voluminosas, y unas llantas grandes ayudan a equilibrar visualmente el conjunto.
- Imagen más deportiva y robusta: un diámetro mayor transmite mayor presencia y una estética más contundente.
- Aerodinámica optimizada: en algunos modelos eléctricos, las llantas de gran tamaño van acompañadas de diseños aerodinámicos que reducen la resistencia al avance.
En resumen, el aumento del tamaño de las llantas responde a una combinación de moda, funcionalidad y necesidades técnicas, aunque también implica ciertos compromisos en precio, confort y peso.
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