Para los que piensan que el V8 Supercharged de 510 CV es demasiado potente, Land Rover ha incorporado al Range Rover un V6 de gasolina más moderado que ya mueve a otros modelos del grupo como el Jaguar F-Type.
El propulsor es de 3,0 litros de cilindrada y está sobrealimentado por un compresor. Hasta ahora lo montan el antes mencionado Jaguar F-Type, el XF y el XJ, y a principios de 2014 lo podremos ver también en el Range Rover Sport.
El V6 entrega una potencia de 340 CV a 6.000 rpm, lo que se traduce en 110 CV/litro. Además, gracias a la sobrealimentación por compresor volumétrico le permite entregar un par motor en toda la gama de revoluciones, con un máximo de 450 Nm.
Gracias a toda esa caballería, el Range Rover alcanza una velocidad máxima de 210 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos. Los consumos, como cabía esperar, son más pequeños que los del V8, unos tres litros menos, y la cifra de emisiones está en torno a los 254 gr/km de CO2.
La transmisión es la misma que otros modelos de la gama, una automática de ocho velocidades, y cuenta también con modalidad de todoterreno para cuando se decida abandonar la carretera. Una vez fuera de ella, el motor puede funcionar sin problemas en ángulos de inclinación extremos sin que pierda presión del aceite y se encuentra sellado para sortear vadeos de hasta 90 cm de alto.
