El Grupo CNH ha desarrollado un tractor con conducción autónoma sin conductor que consigue aumentar la productividad y la eficacia en las labores agrícolas.

En el campo cada vez queda menos gente, pero parece que no será un problema para la agricultura a gran escala en el futuro. La maquinaria autónoma sin necesidad de operarios ya es una realidad. A través de sus marcas de tractores Case y New Holland, el grupo CNH Industrial (también dueño de Iveco entre otras marcas) ha desarrollado un tractor autónomo sin cabina, controlado en remoto, así como otro con conducción autónoma y con cabina para poder ser usado en carretera y otras funciones. La conducción autónoma en labores agrícolas puede ayudar a agricultores y empresas a mejorar la productividad adaptándose mejor a las condiciones climáticas y del suelo. Ambos vehículos han sido presentados en la feria Farm Progress Show en Boone, Iowa (EEUU).
En el caso del prototipo sin cabina Case IH Magnum se ha eliminado el espacio para el conductor y es capaz de funcionar en un campo delimitado previamente en su sistema. Por su parte, el prototipo de tractor New Holland T8 NHDrive mantiene la cabina para ofrecer flexibilidad, permitiendo la intervención humana tradicional en el transporte por carretera y en tareas que actualmente no resultan adecuadas para la automatización. El modo autónomo se activa más en tareas compatibles más sencillas y repetitivas como son el cultivo, la siembra, la pulverización y la siega. En ambos formatos, los vehículos pueden integrarse en las flotas agrícolas existentes y utilizan los modelos convencionales de motor, transmisión, chasis y acoplamientos de aperos.

Cómo funcionan los tractores autónomos
Se ha desarrollado una interfaz interactiva durante el uso para controlar los tractores autónomos, que se pueden controlar incluso con una tablet. A la vez, los tractores registran y transfieren los datos de funcionamiento de forma inmediata para conocer cómo va la productividad en cada momento. El proceso de funcionamiento de ambos tractores comienza con la introducción de mapas de los límites del campo en el sistema y el uso de un software integrado de planificación de trayectos para trazar los recorridos más eficientes para los vehículos en la explotación.
En el caso de una situación complicada y los parámetros de funcionamiento lleguen a ser críticos, como puede ser el nivel bajo de combustible o de semillas, se emplea un sistema de notificación instantáneo. Cualquier alarma crítica del vehículo o pérdida de funciones de control del mismo hace que el vehículo autónomo se detenga automáticamente por seguridad, a la vez que es posible activar de forma manual un botón de parada en la interfaz de control del ordenador o tablet con el mismo fin.

Estas tecnologías autónomas han sido diseñadas para que en el futuro puedan ser perfeccionadas y aplicadas en toda la gama de equipos agrícolas modernos. Esto podría incluir toda la gama de tractores, equipos de recolección y vehículos de apoyo como los pulverizadores.