Prueba y opinión Mercedes Clase S: así se viaja en primera clase

Analizamos en profundidad al Clase S, el buque insignia de Mercedes. Destaca por su arsenal tecnológico y como mima a sus ocupantes. La variante híbrida enchufable sorprende por sus consumos.

Prueba Mercedes Clase S

Hoy nos ponemos elegantes y de etiqueta porque toca probar un coche señorial y representativo. Un vehículo que además presume de una gran carga tecnológica, en muchos casos, pensada para aumentar el confort de sus pasajeros. Nuestro protagonista es el Mercedes Clase S y en concreto, asociado a su mecánica híbrida enchufable 580e.

Prueba Mercedes Clase S: por fuera y por dentro

Desde que vi por primera vez esta séptima generación del Mercedes Clase S me pareció por sus formas un coche más pequeño de lo que en realidad es (hablamos de 5,17 metros en esta carrocería corta). Más se acrecienta si lo decoramos con este color “Negro Obsidiana” (sin coste como otras ocho opciones más) para la carrocería que esconde sus formas, aunque para romper un poco el señorío monta unas llantas AMG de 20 pulgadas (1.397,55 €) con medidas de neumático 255/40 delante y 285/35 detrás. Todo ello sin olvidar la estrella presidiendo en lo alto del frontal (hacía mucho que no veía una en un Mercedes de prensa).

Prueba Mercedes Clase S

Al acercarnos a este Mercedes Clase S las manillas enrasadas salen de la carrocería y nos iluminan el camino, es su forma de darnos la bienvenida. Dentro nos espera un salpicadero minimalista en sus formas, y en la cantidad de botones, en el que la segunda generación del sistema MBUX es el protagonista. No es el moderno “Hyperscreen” del Mercedes EQS, pero resulta a la vista moderno y tecnológico.

Comento esto porque la pantalla multimedia es muy grande (12,8 pulgadas, aunque de serie es de 11,9’’), con una interfaz muy clara, rápida moviéndose entre sus diferentes menús y que puede ser manejada desde el propio volante. Sin olvidar su gran asistente por voz, el navegador con realidad aumentada, la cámara para ver mejor los semáforos y el visor 3D con el que visualizar el coche en las maniobras de aparcamiento.

Prueba Mercedes Clase S

El panel de instrumentación, de 12,3 pulgadas, es el mismo en forma y diseño de las pantallas del anterior MBUX, pero en este caso se puede optar por una visualización en 3D (dentro del paquete Advantage por 3.593 euros) muy llamativa. Por encima queda el Head-up Display (paquete Premium por 8.518 euros) muy completo en cuanto a información (velocidad, aviso de ángulo muerto o de colisión) y que también incluye indicaciones del navegador en realidad aumentada. Así será difícil perderse.

Como suele ser habitual en los Mercedes, tendrás en el catálogo de opcionales muchas posibilidades de decoración, para la pieza del salpicadero, o para los asientos. Sea como sea, rezuma calidad en todas sus esquinas, con una utilización de materiales de alta calidad. En el medio, la consola central separa claramente a ambos pasajeros por su volumen, pero está muy bien resuelta, estando todos los huecos tapados de forma elegante, los cuales tienen un buen volumen (ahí encontraremos el cargador inalámbrico para móviles).

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A los asientos de este Mercedes Clase S hay que ponerlos un 9,5. Son muy cómodos para viajar, de gran tamaño para acoplar a personas de cualquier talla y con numerosos ajustes eléctricos. Por no hablar de la función de masaje con hasta diez opciones diferentes o el ajuste dinámico. Este último se puede desactivar o ajustar en dos niveles, moviendo las alas laterales o la espalda cuando estamos en una curva o en las bajadas pronunciadas. La única pega que les pongo, para el nivel de este coche, es que no contaran con refrigeración.

Me muevo hacia la zona trasera, lugar en donde pasarán muchos kilómetros algunos dueños de este Mercedes Clase S. Pese a ser una berlina, me parece que el acceso es bueno, dando paso a dos amplias plazas, ya que la central se ve condicionada por un túnel muy alto. Con semejante longitud el espacio para las piernas es muy bueno, solo superado por el Lexus LS, ofreciendo una altura y anchura de los mejores de su categoría. No faltará tampoco un climatizador muy completo con salidas en el centro y las puertas, así como dos USB.

Prueba Mercedes Clase S

Nos quedaría hablar del maletero de este Mercedes Clase S. Huelga decir que como toda berlina se vuelve un poco difícil llegar hasta el fondo por tener una boca de carga más pequeña. Además, al ser la variante híbrida enchufable, la capacidad total pasa de 550 a 350 litros al tener que hacer hueco a la batería. Al menos, no tiene el escalón pronunciado de la generación anterior.

Prueba Mercedes Clase S: “confort class”

No solo las llantas de mi unidad de pruebas eran de origen AMG. Volante, con botones hápticos muy sensibles, pedalier o alfombrillas también pertenecen al kit que prepara la división deportiva alemana. En los primeros compases de mi ruta me percato de la gran cantidad de asistentes de ayuda disponibles. Estos son mostrados en el panel de instrumentación digital, en el Head-up Display y también con las luces ambientales del salpicadero. Y a la vista de semáforos antes indicada, también es capaz de avisarte si hay peatones que van a cruzar la calle.

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Como me esperaba, el nivel de insonorización a bordo es muy alto, tanto que al volver a mi coche me parecía que sonaba todo demasiado. Solo quizás en alguna ocasión se deja oír el poderoso motor de combustión (seis cilindros y 367 CV), pero lo normal es que pase de un combustible a otro sin que te enteres. Para ser protagonista de este funcionamiento híbrido, el Mercedes Clase S ofrece los modos de conducción “Battery Hold”, en donde reservas la carga, “Electric”, para circular solo con electricidad, “Hybrid”, el sistema escoge cuando funciona cada motor, y el “Sport”, donde obtenemos el máximo rendimiento de los 510 CV disponibles. No falta tampoco un “Individual” para ajustarlo a medida en aspectos como la propulsión, el tren de rodaje, la dirección o el ESP.

Otro aspecto notable que aprecio circulando con este Mercedes Clase S es como trabaja la suspensión para ofrecerte el mejor rendimiento en cada momento. Podríamos decir que hasta los 100 km/h tiene como objetivo la comodidad más absoluta, siendo incluso un poco “trotón”. Por encima de esa velocidad se pega al suelo y se convierte en un tren de alta velocidad, porque parece que no corre pero ojo no te despistes con el marcador para no llevarte una sorpresa en forma de multa (y sin poner el modo Sport). La berlina alemana cuenta con un sensor que lee las imperfecciones de la carretera y prepara los amortiguadores para los molestos baches, mientras que en las curvas se nota como lucha con las inercias consiguiendo un resultado bastante bueno, pese al lastre que llevamos (2.365 kg).

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Y la guinda, aunque lo tendrás que pagar como otro opcional más (1.700 euros), son las ruedas traseras direccionales. En carretera ayudan, pese a que este Mercedes Clase S es más para circular tranquilo, pero sobre todo lo hacen en parado, cuando tienes que girar en maniobras de aparcamiento.

Prueba Mercedes Clase S: el funcionamiento del sistema híbrido

La batería de este Mercedes Clase S 580e es muy grande (28,6 kWh), para ser un modelo híbrido enchufable, lo que repercute como indicaba antes en el maletero, sobresaliendo en autonomía completamente eléctrica. En una de mis rutas empecé con ella rellena al completo y de los 112 km que homologa se quedó en 97 km, una cifra bastante buena teniendo en cuenta que la mayoría de ellos fueron a ritmo de autovía (consumo de 21,4 kWh marcó el ordenador de a bordo).

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Una vez acabada la carga, en un viaje que me llevó de Madrid a Sevilla, el consumo final al llegar a la capital hispalense fue de 6,5 litros. Impresionante. Para hacernos una idea de la ventaja, el de vuelta lo realicé sin rellenar la batería y el ordenador de a bordo subió hasta los 8,5 litros. De nuevo creo que otro buen registro, teniendo en cuenta la potencia disponible y el tamaño/peso de nuestro coche de pruebas.

Otro de los problemas existentes que encontramos en este Mercedes Clase S por la colocación de la batería que alimenta el sistema híbrido enchufable es que la capacidad del depósito se ve reducida. En el resto de la gama de la berlina alemana encontraremos un almacenaje de 76 litros, mientras que en este caso se queda en 67.

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Circulando con electricidad, en exclusiva, podemos retocar el nivel de retención a través de las levas colocadas detrás del volante. Yo el que más utilicé es el “D Auto”, en el que el coche lo ajusta de una forma idónea a mi parecer. Luego tendrás el D, D- (para ciudad) y el D+ (sin retención ninguna). Cuando pasas al modo híbrido, dichas “palas” se utilizan para actuar sobre la transmisión automática de nueve velocidades.

Llega el momento de cargar de nuevo la batería de nuestro Mercedes Clase S. El corriente alterna admite un máximo de 11 kW, con lo que tardaría 2 horas y 25 minutos en llegar al 100 %. Yo realicé la operación en un enchufe casero y se fue hasta las 10:26 horas. En corriente continua admite 60 kW, con los que conseguiría alcanzar el 80 % en apenas 20 minutos.

Prueba Mercedes Clase S

Prueba Mercedes Clase S: alternativas dentro de la marca

Antes de hablar de los rivales directos de este Mercedes Clase S, hay que indicar que en el propio concesionario tiene varias opciones que nos podrían hacer cambiar de opinión. Empezando por el propio Mercedes EQS, la que debería ser su versión completamente eléctrica, pero que cuenta con un diseño diferenciado. Su precio de partida es más alto también (113.000 frente a 120.000 euros con sus versiones de acceso), con unas cotas interiores muy parecidas y más capacidad de maletero para este último (610 litros), sobre todo si lo comparamos con el híbrido enchufable.

Por no hablar también del Mercedes GLS, la alternativa en formato SUV, con un coste más económico de partida (102.000 euros), pero que no cuenta con una variante híbrida enchufable en su gama. Eso sí, te dará mucho más maletero (890 litros) y la posibilidad de llevar hasta siete pasajeros.

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Y no podemos olvidar tampoco que este Mercedes Clase S se puede pedir también con una carrocería larga. A base de estirar, su longitud se va hasta los 5,29 metros, manteniendo la misma capacidad de maletero, por lo que el extra se lo llevan los ocupantes de las plazas traseras. Tiene un sobrecoste de unos 2.000 euros.

Prueba Mercedes Clase S: los rivales

Teniendo en cuenta la categoría en la que nos encontramos, todos los modelos tienen un gran nivel. Aunque, en lo que se impone claramente este Mercedes Clase S a todos ellos es en su autonomía eléctrica en su variante híbrida enchufable, por encima de los 89 km del último BMW Serie 7 o los 59 del Audi A8. También es el modelo de la estrella más caro que sus alternativas. Todo ello sin olvidar en esta ecuación al Lexus LS, que apuesta por una hibridación sin enchufe con la que no cuentan los alemanes.

Fotos Prueba y opinión Mercedes Clase S: así se viaja en primera clase

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