Probamos el Mercedes con el motor C 220 d, una opción muy a tener en cuenta. Analizamos carrocerías y a sus rivales.

La competencia entre las berlinas alemanas es feroz en todos los segmentos, aunque quizás la más disputada es la que tienen desde hace años los Audi A4, BMW Serie 3 y el protagonista de nuestra prueba de hoy, el Mercedes Clase C. Por tanto, vamos a desgranar las armas del modelo de la estrella para intentar imponerse frente a sus duros contrincantes.
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Este Mercedes Clase C tiene una pequeña ventaja frente a sus citados competidores, es el último que ha llegado al mercado (se lanzó el pasado año) y eso es algo que se nota tanto en el diseño exterior como interior. Hablando del primero, se nota que con los años a las berlinas le está entrando complejo de coupé, adoptando formas muy afiladas que permiten a este coche presumir de un gran coeficiente aerodinámico (que nos ayudará a reducir consumos), capós delanteros de gran tamaño y un tercer volumen (el del maletero) no tan cuadrado como antaño.

En el caso de mi unidad de pruebas se potencia todavía más la deportividad al incorporar el paquete AMG Line que cuesta 3.146 euros más que la variante de base. Suma paragolpes diferenciados, taloneras laterales o una parilla en la que destacan las estrellas cromadas en toda su extensión. Las llantas asociadas son de 18 pulgadas, pero en este caso nuestros compañeros de prensa lo han configurado con unas 19’’ que subirían la factura otros 1.530 euros y que además tienen medidas diferentes delante y detrás (225/40 y 255/35, respectivamente). Y no olvidemos los 1.040 euros del color “Gris Selenita” de la carrocería.
Aunque para mí la gran diferencia en términos de modernidad de este Mercedes Clase C respecto a su competencia se marca una vez entramos en el interior. Ya alabábamos la buena presencia y funcionamiento del sistema digital MBUX, pero es que esta segunda generación heredada del Mercedes Clase S, eleva todavía más el nivel. Delante de nosotros tenemos el panel de instrumentación digital de 12,3 pulgadas que es muy personalizable tanto en apariencia como en los datos mostrados, mientras que la nueva multimedia de 11,9 pulgadas en formato vertical permite deshacerse de algunos botones en la zona y ofrece una mayor visibilidad de todas sus funciones. Y atentos a esto, ambos vienen de serie.

Otro aspecto avanzado que encontraremos en el puesto de mando de este Mercedes Clase C son los botones hápticos. Antes reservados para el volante, ahora invaden también las funciones que podemos realizar en las puertas, así como las pocas opciones que han quedado por debajo de la pantalla multimedia antes comentada.
Materiales y ajustes no tienen pega en este Mercedes Clase C, rallando el nivel que nos tiene habituado la marca alemana y las berlinas premium de este segmento. Eso sí, y quizás aquí me esté metiendo en un jardín, la combinación de este modelo con el salpicadero a rallas estilo diplomático y los asientos en esa mezcla rojo-negro no me terminan de convencer mucho. Siempre se podrá arreglar con la gran cantidad de opciones que existe para la iluminación ambiente.

Las formas del descrito salpicadero dan la sensación visual de que este Mercedes Clase C no cuenta con mucho espacio para sus ocupantes, pero el ojo nos engaña. En espacio longitudinal es el mejor de su clase, con una anchura casi idéntica a sus dos rivales alemanes y pecando un poco en la altura (aquí el Audi A4 va más desahogado).
Esta última característica creo que se deja notar algo más incluso en la zona trasera (mucha culpa la tiene lo que comentaba antes de que las berlinas se están volviendo más coupés). En concreto en el espacio para las cabezas y también en la visibilidad reducida de la luneta trasera. Luego tendremos que sumar que la butaca está pensada para que viajen dos personas cómodas, con una plaza central muy condicionada por lo alto del suelo. Donde sí destaca es en el espacio para las piernas (a la par del BMW Serie 3 y por encima del Audi A4), al que ayudan las formas curvas de los asientos delanteros.

Por último, la vista me engaño también con el maletero. Desde el exterior no parece que vayas a encontrar tanto espacio, sobre todo en profundidad que es muy buena. Aunque con el metro en la mano hay que indicar que este Mercedes Clase C se queda muy parejo en capacidad con el Audi A4 (455 y 460 litros respectivamente), mientras que es superado por los 480 litros del BMW Serie 3.
Prueba Mercedes Clase C: el test con el 220 d
Como te habrás podido percatar en las fotografías de este Mercedes Clase C, el contar con el paquete AMG Line hace que el coche vaya un poco más bajo de lo normal. Lo mismo pasa con los asientos, que después de probar tantos SUV con butacas elevadas, se agradece de vez en cuando ir un poco más pegado al suelo. Hablando más de ellos, pese a ese aspecto deportivo que lucen, me parecieron cómodos y con un buen agarre en la zona de la espalda.

Poner en marcha un Mercedes tiene algunas peculiaridades, que para sus clientes ya son habituales. Claros ejemplos son que el botón que desengancha el freno de mano está a la izquierda del volante, mientras que el cambio pasa por sus diferentes modalidades a través de una piña, en este caso a la derecha del aro. Arrancamos por tanto, y el motor 220 d elegido para la prueba emite un cierto ronroneo. No hay que preocuparse por ello, pues tras unos metros, el gran trabajo realizado en la insonorización lo dejan anulado casi por completo.
En los primeros instantes circulando por la ciudad con este Mercedes Clase C puedo disfrutar del gran arsenal de tecnologías con las que cuenta. A las ya habituales sumaremos un aviso de peatones muy útil en calles con muchos pasos de cebra, una cámara específica para ver los semáforos, el head-up display sobre el espejo o el navegador mediante realidad aumentada, que mejora todavía más las indicaciones. Digamos que sería otro punto donde nuestro protagonista saca ventaja.

Tras esta pausa tecnológica volvemos al motor 220 d de nuestro Mercedes Clase C. Como cuenta con hibridación ligera (todos los motores de la berlina alemana tienen como mínimo la etiqueta ECO) siempre realiza los primeros compases de la marcha en eléctrico, aunque después saca a relucir sus 200 CV de potencia con una cierta brusquedad. Este aspecto hace que en ciudad, donde paramos y arrancamos muchas veces, sea más difícil bajar los consumos por debajo de los 7 litros. De ese inicio se pasa a una fase un poco más tranquila en fuerza, hasta que llegamos a las 2.000 rpm y el empuje se vuelve más lineal y contundente, permitiendo viajar a velocidades de crucero legales con mucha comodidad.
Todo este comportamiento siempre puede ser modificado por el conductor de una forma rápida gracias a la electrónica. Con el Dynamic Select contamos con las opciones Eco (el único en el que se activa el modo de conducción a vela), Comfort y Sport, destacando esta última por cómo cambia el sonido de la mecánica. Para los más sibaritas estará el Individual en el que se puede modificar la propulsión (entre Eco, Comfort, Sport o Manual), la dirección (Comfort o Sport) y el funcionamiento del ESP (mismas opciones que el anterior). Tocando entre unos y otros he sacado unos consumos en carretera y a ritmos constantes alrededor de los 5 litros (en recorridos más favorables se puede bajar a 4,5 también).

Respecto al comportamiento, las generaciones anteriores del Mercedes Clase C siempre han destacado por ofrecer un mayor confort de rodadura. Con esto no quiero decir que en este caso no se cumpla, pero debes tener muy claro que acogerse al atractivo paquete AMG Line aumentará la dureza por su suspensión deportiva. También gracias a él, y en favor de la dinámica, contaremos con una dirección directa deportiva (excelente tacto) y unos frenos mejores, que la verdad que “muerden muy bien”. Incluso los pedales son un poco duros, tipo los que suele configurar BMW.
Entre tanta tecnología y el buen comportamiento que ofrece este Mercedes Clase C se me ha olvidado comentar sobre su transmisión. Automática de serie en toda la gama, es normal que pase desapercibida porque hace su trabajo de una forma silenciosa, precisa y eficiente. Esta última característica se ve refrendada por sus nueve marchas, que si bien condicionan un poco su manejo de forma manual mediante las levas (algo pequeñas), permiten obtener muy buenos consumos al rodar el motor bajo de vueltas.

¿Qué Mercedes Clase C es mejor?
Los futuros compradores del Mercedes Clase C no se podrán quejar de falta de oferta en sus motorizaciones ya que cuenta con hasta siete opciones diferentes. Como antes comentaba, todas ellas tienen etiqueta ECO al contar con hibridación ligera, menos la híbrida enchufable que como es habitual luce la 0 emisiones, y cambio automático.
Para empezar a descartar de un plumazo me quitaría las motorizaciones gasolina. Las menos potentes (C 180 y C 200) son más caras que las diésel de potencia equivalente y sus consumos son más elevados. Solo habría que pensárselo un poco más si estás dudando entre el C 300 y el C 300 d, ya con 5.565 euros de diferencia a favor del primero. Pero en realidad creo que no es necesaria tanta potencia (hablamos de 258 y 265 CV respectivamente).

La opción de la mecánica híbrida enchufable para este Mercedes Clase C, conocida comercialmente como C 300 e, podría convertirse en una buena alternativa para un cliente muy específico. Sería aquel que realizase bastante kilómetros en ciudad entre la semana, ya que con sus más de 100 km de autonomía eléctrica puede ahorrar mucho dinero en combustible. Incluso realizando viajes por debajo de esa distancia también se podría llegar a considerar, pero es más de 11.000 euros más caro que mi elección y pierde capacidad del maletero (140 litros).
Por tanto, he llegado hasta el motor que equipaba nuestra unidad de pruebas, el C 220 d. Para mí es una combinación perfecta de prestaciones y consumos, convirtiéndose en la mejor opción posible. Además, ahora mismo es el único que puede contar con la tracción integral 4MATIC, que harían subir otros 4.515 euros más a la factura final.

En materia de acabados, este Mercedes Clase C se ofrece con una versión base, a la que se pueden añadir los paquetes Avantgarde y AMG Line. Tanto el primero como el segundo me parecen algo caros, 2.178 y 3.146 euros respectivamente, para ofrecer una estética más elegante en el primero y más deportiva en el segundo. Y luego está el catálogo de opcionales que es muy extenso, pudiendo hacer que la factura final suba considerablemente.
Las ventajas del Mercedes Clase C Estate
Por ahora, el Mercedes Clase C se vende con la carrocería berlina analizada y también con una familiar conocida como Estate. Ambas comparten la misma longitud total, por lo que no tendrás que medir tu plaza de garaje a la hora de elegir entre ellas. El cambio en la zona posterior permite aumentar la capacidad del maletero hasta los 490 litros, con un portón más cómodo a la hora de cargar el coche.

Respecto a las motorizaciones, el Estate cuenta con la misma configuración que la berlina a excepción del C 180, que no está disponible. Pero deberás tener en cuenta que ese aumento del espacio y de la funcionalidad del habitáculo te costará siempre más. Sin una pauta regular, ya que depende de la mecánica escogida, piensa que como mínimo serán 1.900 euros.
Como otro punto extra a sumar en esta carrocería Estate está la versión All-Terrain. En este caso luce una estética más campera que le acerca a los SUV, con una mayor altura al suelo para poder circular por pistas de una forma más segura. Tiene un sobrecoste de unos 4.000 euros y solo está disponible con el motor 220 d asociado a la tracción total 4MATIC.

Los rivales del Mercedes Clase C
A lo largo de esta prueba del Mercedes Clase C he ido comparándole en ciertos aspectos con sus principales rivales, el Audi A4 y el BMW Serie 3. Ahora toca hablar de precios, porque nuestro protagonista comienza en 49.341 euros (con el motor C 220 d). Con versiones equivalentes el de los cuatro aros se quedaría en 56.730 euros con su 40 TDI (le penaliza que solo está disponible con el acabado más alto Black Line y siempre con tracción total quattro), mientras el de la hélice sale por 48.500 euros (tiene diez caballos menos con el 320d).